Puntuación:
El libro ofrece una exploración detallada e impactante de las prácticas de la CIA relacionadas con la manipulación psicológica y la tortura, evocando profundas consideraciones sobre los derechos humanos y la responsabilidad gubernamental. Ha sido elogiado por su atractivo y exhaustivo examen de estos controvertidos temas, aunque algunos lectores han encontrado molestos ciertos estilos de redacción.
Ventajas:Narrativa apasionante, análisis en profundidad de las prácticas de tortura de la CIA, sensibilización sobre cuestiones de derechos humanos, lectura esencial para los interesados en el tema, capta la fascinación estadounidense por la tortura en los medios de comunicación.
Desventajas:Lectura voluminosa que puede resultar gráfica y perturbadora, algunas técnicas de redacción que distraen, como introducciones redundantes que restan interés, carece de nuevas revelaciones importantes en comparación con la obra anterior del autor.
(basado en 5 opiniones de lectores)
Torture and Impunity: The U.S. Doctrine of Coercive Interrogation
Muchos estadounidenses han condenado las técnicas de "interrogatorio reforzado" utilizadas en la Guerra contra el Terror como una transgresión de los derechos humanos.
Pero Estados Unidos no ha hecho prácticamente nada para perseguir los abusos del pasado o prevenir futuras violaciones. El historiador Alfred W.
McCoy rastrea esta complicada contradicción desde la década de 1950 hasta la actualidad y analiza la dinámica política y cultural que ha hecho de la impunidad de la tortura una política bipartidista del gobierno estadounidense. Durante la Guerra Fría, afirma McCoy, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos financió encubiertamente experimentos psicológicos diseñados para debilitar la resistencia de los sujetos a los interrogatorios. Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, la CIA reactivó estos duros métodos, mientras los medios de comunicación estadounidenses se inundaban de imágenes seductoras que normalizaban la tortura para muchos estadounidenses.
Diez años después, Estados Unidos no había castigado a los autores ni a los poderosos que los dirigían, y seguía explotando la información obtenida bajo tortura por sustitutos desde Somalia hasta Afganistán. Aunque Washington se ha distanciado públicamente de la tortura, las perturbadoras imágenes de las prisiones de Abu Ghraib y Guantánamo están grabadas a fuego en la memoria humana, causando un daño duradero a la autoridad moral de Estados Unidos como líder mundial.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)