Todos somos seres humanos: Una adoptada reflexiona

Puntuación:   (4,8 de 5)

Todos somos seres humanos: Una adoptada reflexiona (Paul Kimball)

Opiniones de los lectores

Resumen:

El libro de Paul Kimball ofrece un relato profundamente emotivo y perspicaz de su viaje como adoptado en busca de sus padres biológicos. Los lectores aprecian la autenticidad de su voz y lo cercano de sus experiencias, lo que lo convierte en una lectura profunda tanto para adoptados como para no adoptados. La narración equilibra sentimientos de alegría y tristeza, lo que permite una conexión emocional significativa con el público.

Ventajas:

Un viaje emotivo y cercano que resuena tanto en los adoptados como en los demás.
Una narración atractiva y difícil de dejar.
Ofrece una valiosa visión de las luchas internas de las personas adoptadas.
Destaca temas como la elección, la compasión y la comprensión.
Bien escrito y estructurado de manera que sea fácil de leer.
Proporciona sanación y validación para aquellos que luchan con problemas de adopción.

Desventajas:

Algunos lectores pueden encontrar el contenido emocional demasiado intenso.
Experiencias personales específicas pueden no resonar con todo el mundo.
Potencialmente desencadenante para aquellos con sentimientos no resueltos en torno a la adopción.

(basado en 11 opiniones de lectores)

Título original:

We Are All Human Beings: An Adoptee Ponders

Contenido del libro:

Paul Kimball, un adoptado birracial, explora sus propios problemas de abandono mientras busca y finalmente se reúne con sus padres biológicos. Tras un reencuentro aparentemente feliz, su madre biológica, una violonchelista profesional caucásica, le rechaza. Esto le lleva a buscar a su padre biológico armenio, quien, junto con su familia ampliada, lo acepta como uno de los suyos.

Los padres biológicos de Paul se conocieron en la Iglesia Metodista de Hollywood en 1961. Vahe había emigrado de Irak a California, mientras que Wendy daba conciertos de violonchelo por todo Estados Unidos. Cuando Wendy se quedó embarazada, decidieron abortar en México y, al llegar, cambiaron de opinión. Siguiendo instrucciones de sus padres, Wendy tuvo a su bebé en secreto en Fort Bragg. A Vahe le dijeron que el bebé había sido abortado.

Tras una semana con Wendy, Paul fue dado en adopción. Estuvo cuatro meses y medio en acogida en Children's Home Society. Al ser birracial, Paul fue considerado un bebé "difícil de colocar". Los Kimball, una familia maravillosamente liberal de Berkeley, decidieron adoptar a Paul. El 22 de noviembre de 1962, día en que Paul cumplía un año, fue adoptado oficialmente tres horas antes del asesinato del presidente Kennedy.

Paul se convirtió en trompista profesional, director de orquesta y profesor de música. Siempre le había conmovido el violonchelo, especialmente las grabaciones de Jacqueline Du Pre. La música era su vida, y el violonchelo su terapia.

Tras casarse y ser padre de dos hijas, Paul buscó a su madre biológica. Al enterarse de que era violonchelista, se empeñó aún más en conocerla. Tras varios meses y pistas falsas, encontró su nombre en el directorio del Sindicato de Músicos. Esto condujo a una llamada telefónica de tres horas con la madre biológica, Wendy.

Paul y Wendy se conocieron en Los Ángeles y tuvieron un hermoso reencuentro de tres meses. Ese verano, ella se fue a Nueva York a tocar en una orquesta. Allí tomó la decisión de mantener a Paul en secreto. Tenía miedo de que la consideraran una "zorra". Dejó de comunicarse. Cuando ocurrieron los horrores del 911, Paul dejó un último mensaje en el teléfono de ella. Esto llevó a Wendy a ponerse en contacto con su suegra y hacerle saber que Paul no debía volver a ponerse en contacto con ella.

Conmocionado, Paul decide buscar a su padre biológico. Con algunas pistas proporcionadas por Wendy, incluido su apellido, Paul localizó a Vahe a través de su hermano Vasken. El día de Navidad, Vasken anunció a su familia que Vahe tenía un hijo desconocido, para gran asombro de todos. Esa noche, Paul llamó a Vasken, que le pasó el teléfono a Vahe. Las primeras palabras que Vahe le dijo fueron "Hijo, te quiero".

Durante doce años, Vahe, Paul y la comunidad armenia ampliada llegaron a conocerse y a quererse.

Paul seguía a Wendy a través de la página web de su orquesta de verano. Un verano se dio cuenta de que no aparecía en la lista. Se enteró por un mensaje de Facebook de que Wendy había muerto unos años antes.

Paul encontró su tumba, pero no había lápida, sólo hierba. Decidió diseñar uno para ella. Cuando terminó la lápida, la visitó solo, llorando, mientras escuchaba música de violonchelo. Los padres adoptivos de Paul y Vahe fallecieron. Su padre adoptivo se suicidó tres días después de la muerte de su madre mientras miraba sus fotos.

Ahora que sus padres ya no estaban, Paul seguía contemplando sus problemas de abandono. Darse cuenta de que todos somos seres humanos, adoptados o no, y de que todos formamos parte de la naturaleza, le ha aportado mucho consuelo y curación.

Otros datos del libro:

ISBN:9781977232946
Autor:
Editorial:
Encuadernación:Tapa blanda

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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)