Puntuación:
El libro «Todos (mis) perros van al cielo», de Kay Bratt, ha recibido críticas abrumadoramente positivas, sobre todo por parte de dueños de mascotas que se identifican con las profundas conexiones emocionales compartidas entre los humanos y sus bebés peludos. La autora habla abiertamente de su tumultuosa vida y de cómo sus mascotas le proporcionaron amor incondicional y consuelo durante sus luchas. Los lectores aprecian la mezcla de anécdotas personales con reflexiones espirituales sobre la pérdida de mascotas y la creencia en la reunión en el cielo. Aunque muchos encontraron el libro reconfortante y edificante, algunos lectores tuvieron dificultades con el contenido emocional, en particular aquellos que habían perdido a un ser querido recientemente.
Ventajas:⬤ Una historia conmovedora que conecta profundamente con los dueños de mascotas.
⬤ Ofrece consuelo y esperanza ante la pérdida de mascotas y la creencia en su presencia en el cielo.
⬤ La vulnerabilidad y la historia personal de Kay Bratt resuenan con los lectores, haciéndoles sentir conectados.
⬤ Anécdotas edificantes y reflexiones espirituales proporcionan consuelo.
⬤ El elogiado estilo de escritura mantiene a los lectores comprometidos y emocionalmente implicados.
⬤ Algunos lectores encontraron el libro demasiado emotivo y angustioso, especialmente si acaban de perder a una mascota.
⬤ A algunos les costó superar los primeros capítulos debido a la tristeza.
⬤ Puede que no resuene con aquellos que tienen creencias diferentes sobre la pérdida de mascotas y la vida después de la muerte.
(basado en 83 opiniones de lectores)
All (my) Dogs Go to Heaven: Signs from our Pets From the Afterlife and A Grief Guide to Get You Through
¿Van los perros al cielo? ¿Tienen alma? Ambas son preguntas comunes, sobre todo entre quienes han perdido a miembros peludos de su familia y no soportan la idea de no volver a verlos. Kay Bratt explora estas ideas en Todos (mis) perros van al cielo.
Basándose en las Sagradas Escrituras, relata su tumultuoso pasado -una infancia itinerante y casi una década de maltrato doméstico- y revela cómo sus queridas mascotas la ayudaron a sobrellevar la situación y le infundieron la esperanza de un futuro mejor. En estas memorias se intercalan ensayos breves de personas reales que han experimentado señales de sus mascotas fallecidas como prueba de que siguen presentes en espíritu. En la contraportada del libro se incluye una Guía de duelo para ayudarnos a superar esos primeros días devastadores tras la pérdida.
Perspicaz y fascinante, Kay Bratt nos ha transmitido un mensaje de esperanza con Todos (mis) perros van al cielo. -Judy Morgan, fundadora de Yorkie Rescue of the Carolinas
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)