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El libro «Todo es nuevo», de John Eldredge, resuena entre los lectores como fuente de esperanza y consuelo, especialmente en relación con los temas de la vida después de la muerte, la renovación de la Tierra y la promesa de una existencia gozosa en presencia de Dios. Aunque muchos encuentran refrescante y edificante la perspectiva del autor, algunos críticos expresan su preocupación por las interpretaciones teológicas y la fidelidad a las Escrituras.
Ventajas:El libro ha sido elogiado por su mensaje edificante, que combina enseñanzas bíblicas con ideas cercanas que evocan esperanza y alegría respecto al futuro. Los lectores aprecian su enfoque reconfortante para los que están de duelo, su estilo de fácil lectura y las vívidas imágenes que retratan una creación renovada. A muchos les parece un gran recurso para reavivar la esperanza de la vida eterna, acercarles a su fe y fomentar una reflexión más profunda sobre su relación con Dios.
Desventajas:Los críticos señalan posibles deficiencias teológicas, como la falta de una base teológica rigurosa en algunas interpretaciones de la escatología y la autoría de las referencias bíblicas. Algunos creen que la narración hace demasiado hincapié en la pérdida personal, lo que puede distraer de una visión más completa de las doctrinas bíblicas establecidas. Otros expresan su malestar por los aspectos de universalismo que sugieren las interpretaciones contrapuestas del infierno y la salvación.
(basado en 331 opiniones de lectores)
All Things New - Heaven, Earth, and the Restoration of Everything You Love
John Eldredge, autor del bestseller del New York Times, ofrece a los lectores una mirada impresionante a la promesa de Dios de un cielo nuevo y una tierra nueva. Este libro revolucionario sobre nuestro futuro se basa en la sencilla idea de que, según la Biblia, el cielo no es nuestro hogar eterno, sino la Nueva Tierra.
Como dice Jesús en el evangelio de Mateo, el próximo capítulo de nuestra historia comienza con «la renovación de todas las cosas», con lo que se refiere a la tierra que amamos en toda su belleza, a nosotros mismos y a las cosas que enriquecen la música, el arte, la comida, la risa y todo lo que apreciamos. Todo será renovado «cuando el mundo sea hecho nuevo». Más que cualquier otra cosa, la forma en que imaginas tu futuro da forma a tu experiencia actual.
Si supieras que Dios va a restaurar tu vida y todo lo que amas cualquier día; si creyeras que una bondad grande y gloriosa va a llegar a ti -no en un cielo impreciso, sino aquí mismo, en esta tierra-, tendrías una esperanza que te ayudaría a superar cualquier cosa, un ancla para tu alma, «un salvavidas espiritual inquebrantable, que llega más allá de toda apariencia hasta la misma presencia de Dios» (Hebreos 6:19). La mayoría de los cristianos (en realidad, la mayoría de las personas) no miran hacia el futuro porque su visión del cielo es vaga, religiosa y francamente aburrida.
La esperanza comienza cuando comprendemos que para el creyente nada está perdido. El cielo no es una vida en las nubes; no es tocar el arpa sin fin o cantar alabanzas.
Más bien, la vida que anhelamos, el paraíso que conocieron Adán y Eva, es precisamente la vida que viene a nosotros. Y esa vida llegará pronto.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)