Tight End

Opiniones de los lectores

El libro presenta un tumultuoso romance entre un jugador de la NFL, Tad, y un agente del FBI, Bryce, que se ven obligados a enfrentarse a sus problemas mientras lidian con la amenaza de un asesino en serie. La historia está llena de humor, drama y escenas tórridas, pero ha sido criticada por el comportamiento inmaduro de los protagonistas y por la representación de las fuerzas del orden.

Estilo de escritura atractivo, personajes bien desarrollados que despiertan empatía, una buena mezcla de humor, drama y escenas tórridas, un fuerte trasfondo emocional y la exploración de temas personales que conducen al crecimiento de los personajes.

Problemas con la representación de las fuerzas del orden, el comportamiento incoherente de los personajes, los puntos repetitivos de la trama y los momentos que ponen a prueba la credibilidad. Algunos lectores consideraron que el drama era excesivo e inverosímil, sobre todo en las relaciones entre los protagonistas.

(basado en 122 opiniones de lectores)

Contenido del libro:

"No necesito una puta niñera".

Tad Roarke, estrella de la NFL, tiene éxito, dinero y fama. Casi todo. Excepto una buena reputación. Después de ser descubierto por los medios de comunicación como un tramposo promiscuo, los patrocinadores lo están abandonando a diestro y siniestro. Para empeorar las cosas, ha sido elegido como la próxima víctima de un asesino en serie de famosos anti-gay. El FBI colabora con su equipo para protegerle, asignando al agente Bryce Finnegan como su guardaespaldas encubierto. Pero a Tad no le gusta Bryce desde el principio. El federal piensa que es un niñato malcriado. Quizá tenga razón. En cualquier caso, Tad no piensa demostrarle que está equivocado, y hará lo que sea para dificultar aún más el trabajo de Bryce. Aún así, por mucho que le odie, no puede negar que el tío está buenísimo... y no le importaría pasarse unas cuantas bolas con él entre las sábanas.

"No me pagan lo suficiente por esto."

El agente Bryce Finnegan no es ajeno al trabajo encubierto. Con experiencia en la persecución de cárteles de la droga, está acostumbrado a jugarse la vida. No está acostumbrado a aguantar a niños ricos mimados que no se dan cuenta de lo bien que lo pasan. Cuando conoce a Tad Roarke, espera que sea un imbécil. Y tiene razón. Pero cuanto más tiempo pasa con él, más se da cuenta de que toda la actitud de Tad es poco más que bravuconería. No es un gilipollas, y los medios de comunicación han tergiversado más de un hecho para empañar la reputación de Tad. Ahora Bryce no sólo está preocupado por proteger a este tipo de un asesino en serie, sino por enamorarse en el proceso.