Puntuación:
They Called Me Number One», de Bev Sellars, es una conmovedora exploración de las traumáticas experiencias vividas por los niños indígenas en los internados canadienses, en la que se detalla la destrucción cultural infligida por las políticas gubernamentales y las instituciones eclesiásticas. A través de su relato personal, Sellars ilustra su viaje desde la victimización hasta el empoderamiento, concienciando sobre la necesidad de justicia social y reconciliación.
Ventajas:El libro se describe como perspicaz, honesto y bien escrito. Los críticos aprecian su profundidad emocional y su claridad, y señalan que capta los horrores del sistema de internados al tiempo que celebra la resiliencia. Se considera una lectura esencial para comprender la historia y la cultura indígenas. Muchos creen que debería enseñarse en las escuelas y lo consideran un paso necesario hacia la reconciliación.
Desventajas:Algunos lectores expresaron su deseo de que se incluyera más contexto histórico junto a la narración personal. Algunos consideraron que el contenido era pesado y difícil de leer por lo doloroso del tema, lo que puede disuadir a algunos lectores de leer el libro.
(basado en 79 opiniones de lectores)
They Called Me Number One: Secrets and Survival at an Indian Residential School
La jefa xat'sull Bev Sellars pasó su infancia en un internado dirigido por la Iglesia cuyo objetivo era "civilizar" a los niños nativos mediante enseñanzas cristianas, separación forzosa de la familia y la cultura, y disciplina. Además, a partir de los cinco años, Sellars estuvo aislada durante dos años en el Hospital Indio de Turberculosis de Coqualeetza, en Sardis (Columbia Británica), a casi seis horas en coche de su casa. El trauma de estas experiencias ha repercutido a lo largo de toda su vida.
Joseph's Mission de Williams Lake (Columbia Británica), Sellars habla de tres generaciones de mujeres que asistieron a la escuela, entrelazando las historias personales de su abuela y su madre con la suya propia. Habla del hambre, los trabajos forzados y las palizas físicas, a menudo con una correa de cuero, y también de la exigencia de conformidad en una institución culturalmente ajena, donde los niños eran confinados y denigrados por no ser blancos y católicos romanos.
Al igual que los niños nativos obligados por ley a asistir a las escuelas de Canadá y Estados Unidos, Sellars y otros alumnos de la Misión de San José sólo podían ir a casa dos meses en verano y dos semanas en Navidad. El resto del año vivían, trabajaban y estudiaban en la escuela. Joseph's Mission es el escenario de los polémicos y muy publicitados delitos sexuales del obispo Hubert O'Connor, que tuvieron lugar durante la época de estudiante de Sellars, entre 1962 y 1967, cuando O'Connor era el director del colegio. Tras el cierre del colegio, los que se habían visto obligados a asistir vinieron de las reservas de los alrededores y destrozaron ventanas, arrancaron puertas y armarios de la pared y rompieron todo lo que se podía romper. De la noche a la mañana, su ira convirtió un lugar de vergonzoso recuerdo en un montón de escombros.
En estas francas y conmovedoras memorias, Sellars rompe su silencio sobre los efectos duraderos de la institución y articula con elocuencia su propio camino hacia la curación.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)