The Good Times Are All Gone Now: Vida, muerte y renacimiento en un pueblo minero de Idaho

Opiniones de los lectores

Las reseñas de «The Good Times Are All Gone Now», de Julie Weston, destacan la habilidad narrativa de la autora y su profundo conocimiento de su ciudad natal, Kellogg, Idaho. Los lectores aprecian la combinación de memorias personales e historia social, que capta la vida, el declive y el posible renacimiento de la ciudad minera. Mientras que el libro resuena con muchos debido a su vívido retrato y complejidad, algunos críticos lo encuentran polarizante y perciben un tono pesado y nostálgico que, en su opinión, a veces ensombrece la narración.

Entrelaza con maestría relatos personales e históricos.

Exploración perspicaz de la dinámica social, emocional y política de una pequeña ciudad.

(basado en 13 opiniones de lectores)

Título original:

The Good Times Are All Gone Now: Life, Death, and Rebirth in an Idaho Mining Town

Contenido del libro:

Julie Whitesel Weston abandonó Kellogg, Idaho, su ciudad natal, pero ésta acabó por atraerla. Sólo cuando regresó a esta comunidad minera del Panhandle de Idaho empezó a ver las paradojas del lugar donde creció. Su libro combina la historia oral, la investigación periodística y el recuerdo personal para ofrecer una mirada cariñosa pero dura a la vida en Kellogg durante "los buenos tiempos".

A finales de los años cuarenta y cincuenta, Kellogg era la típica pequeña ciudad estadounidense con equipos de fútbol y baloncesto en el instituto, banda de música y clubes anticomunistas; sin embargo, sus bares, garitos de juego y burdeles eran vestigios de un pasado fronterizo más turbulento. La Bunker Hill Mining Company, el mayor empleador, pagaba a los mineros buenos salarios por un trabajo difícil y peligroso, mientras que la búsqueda de plomo, plata y zinc destruía las laderas de las montañas y contaminaba el suelo y el agua.

Weston investigó la fundación de Kellogg a finales del siglo XIX y las cinco generaciones de su familia en Idaho. Entrevistó a amigos con los que creció, a sus padres y a los amigos de sus propios padres, en su mayoría mineros, pero también empresarios, amas de casa y profesionales. La mayor parte de este libro de memorias ambientado en la Guerra Fría y el post-McCarthyismo se narra a través de sus voces. Pero Weston también considera cómo ciertas personas marcaron la diferencia en su vida, especialmente su director de banda, su entrenador de esquí y un abogado para el que trabajó durante una importante huelga. También explora la tensa relación con su padre, un médico trabajador venerado en la comunidad por su dedicación, pero temido en casa por su alcoholismo y sus ataques de ira.

The Good Times Are All Gone Now comienza el día en que se derrumbaron las chimeneas y se remonta a la memoria colectiva y personal para comprender un modo de vida que ya no existe. La ciudad de la empresa que Weston conoció es un lugar diferente, donde el "Tío Bunker" es un vertedero del Superfondo, y donde la gente del pueblo, como en tiempos difíciles anteriores, ha resistido para reinventar Kellogg, no una, sino dos veces.