Puntuación:
Teología como discipulado», de Keith L. Johnson, defiende la conexión integral entre teología y discipulado, subrayando que una teología sólida es esencial para una vida cristiana vibrante. El libro aborda el creciente distanciamiento entre la teología, las actividades académicas y las prácticas cristianas cotidianas. Al salvar esta distancia, Johnson anima a los lectores a comprometerse con la teología no como una disciplina abstracta, sino como un aspecto vital del seguimiento de Jesús y de la participación en la vida de Dios.
Ventajas:El libro ha sido elogiado por su claridad, accesibilidad y atractivo estilo de redacción, que hace comprensibles conceptos teológicos complejos para un público amplio. Los críticos destacan la capacidad de Johnson para articular la relevancia de la teología para la vida cotidiana y el discipulado, animando a un examen reflexivo de la fe, manteniendo un enfoque en la humildad y el amor. Muchos lo recomiendan como un valioso recurso para estudiantes y para quienes se preparan para el ministerio.
Desventajas:Algunos lectores expresan su preocupación por las percepciones negativas de la teología que el libro intenta abordar, sugiriendo que estas actitudes están profundamente arraigadas y pueden no ser fáciles de superar. Además, se menciona que no todos los teólogos o laicos están dispuestos a salvar la brecha que se destaca en el libro, lo que indica que sigue habiendo dificultades para hacer que la teología sea aplicable a la vida cristiana cotidiana.
(basado en 12 opiniones de lectores)
Theology as Discipleship
Para mucha gente, la palabra "teología" evoca algo árido, académico, irrelevante y desconectado de las preocupaciones cotidianas de la vida. Seguramente no diríamos eso de Dios, así que ¿por qué hablar de Dios es diferente?
En esta atractiva y accesible introducción, Keith Johnson ofrece una nueva visión de la teología. Presenta la disciplina de la teología como una de las formas en que participamos en la vida del Dios trino. Sin sugerir que deba ser retirada de la academia, Johnson argumenta que la teología tiene que estar integralmente conectada a las tradiciones y prácticas de la iglesia. Si la teología académica ha de ser genuinamente teológica, entonces ha de llevarse a cabo en obediencia a Jesucristo y al servicio de la iglesia.
A diferencia de otras introducciones, La teología como discipulado evita el habitual repaso de las doctrinas según el credo, que tradicionalmente van de la Trinidad a la escatología. En su lugar, Johnson explica el contenido de la teología describiendo la vida cristiana: estar en Cristo, escuchar la Palabra de Dios, compartir la mente de Cristo. La teología no sólo conduce al discipulado, sino que es en sí misma una forma de seguir a Cristo en la fe.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)