Tendiendo puentes sobre la frontera más larga

Título original:

Bridging the Longest Border

Contenido del libro:

Canadá y Estados Unidos comparten la frontera más larga del mundo y, sin embargo, Canadá pasa desapercibida para los estadounidenses. Incluso los que viven en el extremo noroeste del Estado de Washington, donde Canadá está tan presente en los lazos familiares, las interacciones comerciales y el extraordinario entorno natural, lo ignoran en gran medida. Este libro trata de cómo un puñado de visionarios y una universidad -la Western Washington University- crearon un programa centrado en educar a los estudiantes y al público en general sobre Canadá, haciendo hincapié en la región Cascadia de Washington y Columbia Británica. El Programa de Estudios Canadienses-Estadounidenses de Western es algo más que un esfuerzo académico diseñado para estudiantes universitarios. Desde sus inicios, los estudios canadienses-estadounidenses se han centrado en el fortalecimiento de los lazos políticos y culturales entre nuestros dos países, al tiempo que se espera fomentar el respeto mutuo y la confianza a través de una frontera que a menudo se da por sentada tanto por los estadounidenses como por los canadienses. Como parte de esta empresa educativa, el programa ha intentado transmitir conocimientos prácticos útiles para tomar mejores decisiones políticas que beneficien a ambas naciones.

Aunque es un relato de la historia, este libro es también parte de mis memorias. Como uno de los primeros miembros del programa y su director durante 21 años, también ha formado parte de mi propia historia. Ya jubilado, y viviendo aún a escasos kilómetros de la frontera, sigo convencido de que la educación continua es necesaria para profundizar los innumerables lazos que unen a nuestros dos países.

Por último, este libro es un relato del papel fundamental que desempeñó una casa de dos plantas de principios del siglo XIX en la forma en que Canadá y Estados Unidos se veían y encontraban puntos en común. Es la historia de cómo esta casa -Canada House, situada en el campus universitario de la esquina más alta del estado- se ha convertido en un icono del afecto y el respeto que sentimos en el noroeste de Washington por nuestro vecino del norte.