RFID Technology: What the Future Holds for Commerce, Security, and the Consumer
Transcripciones de la primera audiencia del Congreso sobre una nueva aplicación tecnológica muy emocionante y compleja. La identificación por radiofrecuencia, o RFID, como se conoce comúnmente, es francamente una tecnología de la época de la Segunda Guerra Mundial que ha empezado a encontrar nuevas aplicaciones comerciales y gubernamentales en los últimos años. En términos básicos, la aplicación comercial más común de la RFID utiliza ondas de radio para transmitir datos desde un dispositivo transmisor llamado ''etiqueta'' a un dispositivo de escaneado llamado ''lector'' que puede conectarse en red con una base de datos informática. Estas etiquetas RFID pueden adherirse a productos y envases de forma individual. Los lectores pueden activar las etiquetas mediante señales de radio y recibir datos de las mismas sin necesidad de escanearlas "en la línea de visión", lo que supone una limitación para el código de barras común. En cuanto a los datos integrados en las etiquetas, se está trabajando en el desarrollo de normas comunes conocidas como Código Electrónico de Productos o "EPC" para crear identificadores numéricos únicos para artículos individuales. Esto permitiría a los lectores de RFID recibir datos EPC de las etiquetas de artículos y productos que pueden cotejarse a través de una base de datos para su identificación y para otros fines. Se trata de un esfuerzo mundial que, en teoría, podría conducir a una cadena de suministro y una gestión logística sin fisuras en el comercio mundial.
Aunque todavía están lejos, estas posibilidades han llevado a algunos a comentar que, dado que el EPC identifica un producto de forma parecida a como una dirección IP identifica un ordenador, la RFID y el EPC están creando, de hecho, una Internet para objetos físicos y no sólo para datos. En las aplicaciones de fabricación y venta al por menor, la tecnología RFID se está implantando gradualmente para el seguimiento de grandes contenedores a granel y palés a lo largo de la cadena de suministro. Y si se resuelven los problemas técnicos y de viabilidad económica, los lectores de RFID, por ejemplo, podrían leer instantáneamente no sólo los palés, sino también cada uno de los productos que contienen. Esto podría hacerse sin tener que descargar el contenido de ningún producto, y el inventario se actualizaría en tiempo real. Las previsiones quedarían obsoletas, las estanterías estarían siempre abastecidas con las marcas más populares y el ahorro de costes repercutiría en el consumidor. Ésta es sólo una posibilidad de futuro. Actualmente, la tecnología RFID se utiliza en aplicaciones tan diversas como los peajes automáticos y los inmovilizadores antirrobo de los automóviles más modernos. También hay planes para utilizar la tecnología RFID en la detección de medicamentos falsificados, así como en el seguimiento de cargas portuarias y sustancias peligrosas con fines de seguridad nacional. Una posible aplicación futura que parece entusiasmar a cualquiera que haya hecho alguna vez una cola interminable en el supermercado es el uso de lectores en la caja.
En esta aplicación, los lectores colocados en las cajas permitirían a los clientes pasar directamente con sus artículos etiquetados con RFID cargados en sus carros de la compra. Las cuentas de los clientes se actualizarían automáticamente, lo que les permitiría dirigirse directamente al aparcamiento, sin detenerse siquiera a comprar una chocolatina en la caja o esa pequeña revista.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)