Puntuación:
El libro es un diario de viaje humorístico e informativo sobre Bélgica, lleno de momentos para partirse de risa. Ofrece una visión de la cultura, la historia y la idiosincrasia belgas a través de las experiencias personales del autor. Aunque muchos lectores lo encontraron entretenido, algunos señalaron que el humor podría ser más accesible para los lectores británicos, y que ciertas referencias culturales podrían perderse para un público internacional. En general, es muy recomendable, especialmente para los interesados en los viajes y la cultura belga.
Ventajas:⬤ Extremadamente divertido y entretenido, con múltiples momentos para reír a carcajadas.
⬤ Proporciona una gran visión cultural e histórica de Bélgica.
⬤ Estilo de escritura atractivo que atrae a los lectores interesados en los viajes.
⬤ Perfecto tanto para quienes visitan Bélgica por primera vez como para quienes ya la conocen.
⬤ Capta eficazmente la idiosincrasia de la vida y la cultura belgas.
⬤ Algunas referencias humorísticas y culturales pueden ser muy británicas y no resonar con los lectores internacionales.
⬤ Carece de una visión global de las principales ciudades belgas, centrándose en su lugar en minucias.
⬤ A algunos lectores les resultó difícil seguir la cronología.
⬤ Puede que no ofrezca muchos consejos para planificar una visita a Bélgica.
(basado en 27 opiniones de lectores)
Tall Man In A Low Land - Some Time Among the Belgians
La mayoría de los escritores de viajes británicos se dirigen al sur en busca de un destino caluroso, exótico, peligroso o las tres cosas a la vez. Harry Pearson optó por dirigirse en la dirección opuesta, a un país húmedo, seguro y de una banalidad legendaria: Bélgica.
Pero, ¿puede ser tan aburrida una nación cuyo monumento más famoso es la estatua de un niño orinando? Pearson vivió allí varios meses, sumergiéndose en la cultura local. Bebió muchas de las 800 cervezas diferentes que producen los belgas, comió delicias locales como el kip kap (mejillas de cerdo en gelatina) y una gran cantidad de achicoria con patatas fritas. En un restaurante, la especialidad de la casa era "liebre a la abuela".
No la pedí. Me gusta la liebre, pero no quería ver una con botas de cremallera y boina azul".
UN HOMBRE ALTO EN UNA TIERRA BAJA conmemora acontecimientos extraños, como la Fiesta del Camarón en Oostduinkerke, y lamenta la desaparición del Museo del Pantalón Interior de Bruselas. Ningún lector saldrá de UN HOMBRE ALTO EN UNA TIERRA BAJA sin ser capaz de nombrar al menos a diez belgas famosos.
Mezclando descripciones evocadoras y bufonadas de baja calidad, Harry Pearson pinta un retrato de Bélgica más redondo que un pitufo después de una noche de mejillones.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)