Sutherland Springs: Dios, armas y esperanza en un pueblo de Texas

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Título original:

Sutherland Springs: God, Guns, and Hope in a Texas Town

Contenido del libro:

*Ganador del Premio Carr P. Collins del Instituto de Letras de Texas 2021 al mejor libro de no ficción*.

Una parte de Columbine, una parte de Dios salve Texas, el fascinante y compasivo libro de Joe Holley examina el tiroteo masivo de 2017 en una iglesia de una pequeña ciudad de Texas, revelando las luchas y los triunfos de estos compatriotas tejanos mucho después de que los camiones de noticias por satélite se hayan ido.

Sutherland Springs era el último lugar donde nadie habría esperado ser víctima de nuestra plaga moderna de tiroteos masivos. Fundada en la década de 1850 a lo largo del histórico arroyo Cibolo, la pequeña comunidad, llamada así por el médico designado durante el asedio de El Álamo, fue una vez un destino vibrante para los turistas ricos que buscaban empaparse de las «curas» de sus manantiales minerales homónimos. Sin embargo, el 5 de noviembre de 2017, el día en que un ex alistado de las Fuerzas Aéreas abrió fuego en la Primera Iglesia Bautista de la ciudad, Sutherland Springs era una sombra de lo que había sido. Veintiséis personas murieron ese domingo por la mañana, en el peor tiroteo masivo en un lugar de culto en la historia de Estados Unidos.

Holley, que recorre el Estado de la Estrella Solitaria como columnista "Native Texan" del Houston Chronicle y obtuvo una nominación al Premio Pulitzer por sus editoriales sobre armas, pasó más de un año integrado en la comunidad. Mucho después de que la mayoría de los periodistas se hubieran marchado, Holley se quedó con sus compatriotas tejanos y llegó a conocer a un grupo muy unido de personas: víctimas, héroes y supervivientes. Holley muestra cómo se esfuerzan por aceptar su pérdida y reconstruir unas vidas destrozadas, marcadas por su profunda fe en Dios y en las armas. También utiliza la singular historia de Sutherland Springs y su decadencia durante décadas como prisma para comprender cómo un acto de violencia incalificable refleja las complicadas realidades de Texas y de Estados Unidos en el siglo XXI.