Subprime Nation: American Power, Global Capital, and the Housing Bubble (El poder estadounidense, el capital global y la burbuja inmobiliaria)

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Título original:

Subprime Nation: American Power, Global Capital, and the Housing Bubble

Contenido del libro:

En su oportuno e innovador análisis de las ramificaciones del colapso del mercado inmobiliario estadounidense, Herman M. Schwartz argumenta que el crecimiento y el poder de Estados Unidos en todo el mundo durante los últimos veinte años han dependido en gran medida de los mercados inmobiliarios nacionales.

Los valores hipotecarios atrajeron una cascada de capital extranjero a la economía estadounidense. Los altos niveles de propiedad privada de la vivienda, especialmente en Estados Unidos y el Reino Unido, han contribuido a atraer una parte desproporcionadamente grande de los flujos mundiales de capital. Como han puesto de manifiesto los acontecimientos desde mediados de 2008, los prestamistas hipotecarios se mostraron cada vez más ansiosos por conceder préstamos para la vivienda, ya que cuantos más paquetes hipotecarios titulizaban, mayores eran sus beneficios.

Como resultado, se mostraron peligrosamente inventivos a la hora de crear nuevos productos hipotecarios, en particular hipotecas de interés variable y de alto riesgo, para atraer a nuevos compradores, principalmente primerizos, al mercado de la vivienda. Sin embargo, los instrumentos basados en hipotecas sólo funcionan cuando se mantiene la confianza en el sistema hipotecario.

Los fallos regulatorios en el sector estadounidense de las S&L, la crisis contable que llevó a la extinción de Arthur Andersen y la crisis de las hipotecas de alto riesgo que destruyó Lehman Brothers y Merrill Lynch y perjudicó a muchas otras grandes instituciones financieras han puesto en peligro un importante motor del crecimiento económico. Schwartz se centra en las repercusiones del fracaso de la regulación estadounidense en la economía internacional.

Sostiene que el problema "local" de la crisis inmobiliaria entraña riesgos sustanciales y continuos para la salud económica de Estados Unidos, la primacía permanente del dólar estadounidense en los círculos financieros internacionales y la hegemonía de Estados Unidos en el sistema mundial.