Subirse a la ola: La integración de Suecia en el sistema imperialista mundial

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Título original:

Riding the Wave: Sweden's Integration into the Imperialist World System

Contenido del libro:

"En general, los países escandinavos no tenían el poder militar ni la capacidad administrativa necesarios para establecer y explotar sus propias colonias. Tuvieron que subirse a la ola de las grandes potencias coloniales para disfrutar de los beneficios que ofrecía el imperialismo. Sin embargo, no había diferencia entre los países escandinavos y las grandes potencias coloniales en cuanto a su actitud hacia el colonialismo. El colonialismo europeo puede considerarse como un todo unificado en el que los países grandes y pequeños desempeñaron papeles diferentes. Algunos gestionaban territorios y abrían mercados, otros aportaban capital, construían infraestructuras o transportaban mercancías hacia y desde las colonias. Los países escandinavos ganaron grandes sumas navegando en la estela de las grandes potencias coloniales". -- de Riding the Wave

Los países escandinavos, y en particular Suecia, son Estados del bienestar capitalistas que ofrecen un alto nivel de vida y seguridad social a sus ciudadanos. Suecia se considera progresista; algunos incluso la consideran a medio camino hacia el socialismo. A menudo se la evoca como escaparate del "capitalismo con rostro humano", cuando no se la describe como "socialista" a secas. Estos son los logros del Partido Socialdemócrata, apoyado por el fuerte movimiento sindical. Sin embargo, tales afirmaciones sólo tienen sentido si se elimina el imperialismo de la ecuación.

El libro de Torkil Lauesen Riding the Wavecuenta otra historia, sobre cómo Suecia cabalga sobre la ola del colonialismo y el imperialismo, cómo se integró como Estado central en el capitalismo global y cómo la "casa del pueblo" sueca se ha pagado con la transferencia de valor de las cadenas de producción globales que se extienden por todo el Sur Global. Esta es también la historia de la socialdemocracia y de cómo la lucha en la Segunda Internacional entre dos líneas -una reformista, nacionalista y proimperialista, la otra internacionalista y antiimperialista- sigue siendo relevante hasta nuestros días.

Lauesen relata el fracaso de Suecia a la hora de establecer territorios coloniales propios, lo que la llevó a encontrar su lugar como socio menor primero de Alemania y luego de Estados Unidos. Se examina la complicidad de Suecia en el colonialismo de colonos y la trata de esclavos, así como su intervención en la Guerra Civil de Finlandia, sus provechosas relaciones comerciales con el Tercer Reich, el apoyo al colonialismo belga y el genocidio en el Congo, la participación en operaciones mineras explotadoras en Liberia, el ascenso y declive de los socialdemócratas, y mucho más. También se ofrece una visión general de corporaciones suecas concretas, desde el Grupo Kreuger hasta IKEA y H&M, así como de la industria armamentística sueca, históricamente importante, y del imperialismo sueco en la región báltica. Todo ello se examina en el contexto del capitalismo, el colonialismo y el imperialismo, con especial atención a la crisis del neoliberalismo y el ascenso de China. Lauesen insiste en que para comprender la historia, la naturaleza y las perspectivas de Suecia debemos adoptar una perspectiva global.