STARGATE ATLANTIS Relicario

Título original:

STARGATE ATLANTIS Reliquary

Contenido del libro:

El conocimiento es poder...

Mientras exploran las secciones en desuso de la antigua ciudad de Atlantis, el comandante John Sheppard y el Dr. Rodney McKay se topan con un dispositivo de grabación que revela una nueva y misteriosa dirección del Stargate. Creyendo que la dirección puede conducirles a un vasto depósito de conocimientos de los Antiguos, el equipo se embarca en una misión a este mundo inexplorado.

Allí descubren una ciudad en ruinas, llena de secretos susurrados y oscuras sombras. Mientras los ánimos se caldean y la confianza se resquebraja, el equipo descubre la verdad en el corazón de la ciudad. Una verdad que augura su destrucción.

Con la mitad de su gente comprometida, corresponde al comandante John Sheppard y al Dr. Rodney McKay arriesgarlo todo en un juego mortal con el enemigo. Fracasar significaría la caída de la propia Atlántida y, para Sheppard, la aniquilación de su propia humanidad...

Relicario.

El diseño en espiral del centro del suelo de la cámara se estaba moviendo, volviéndose tridimensional a medida que las pequeñas baldosas metálicas que lo formaban se desplazaban con fluidez. Todo el suelo seguía vibrando, haciendo que los restos de cristal y metal saltaran y bailaran. Algo volvió a gemir bajo sus pies y la espiral empezó a hundirse en el suelo.

De pie junto al codo de John, McKay miró a Kavanagh con la boca torcida por el enfado. "¿Qué has hecho? ".

John tampoco estaba entusiasmado. "Alguna advertencia habría estado bien, doctor".

Teyla y Ford observaban la espiral con inquietud, Kolesnikova unos pasos detrás de ellos. Kavanagh sacudió la cabeza, con los ojos fijos en el metal que se hundía en el suelo, la mirada absorta. "No estaba seguro de que estuviera realmente aquí, de si la fuente de energía seguía activa. Si me lo estaba... imaginando...".

El quejumbroso estruendo de piezas metálicas intactas desde hacía siglos se hacía cada vez más fuerte, y John no estaba seguro de haber oído bien. "¿Qué?", dijo, teniendo que alzar la voz por encima del estruendo. "¿Por qué creías que te lo estabas imaginando? ".

"¿Que me estaba imaginando qué? " Distraído, Rodney se hizo a un lado, moviéndose a lo largo del borde del pozo, arqueando el cuello para observar el avance de la espiral.

"No estaba hablando contigo", le gritó John, "estaba...".

"Espera". Rodney se enderezó de repente, mirando a John. "Se me ocurre que de aquí puede salir algo que podría matarnos".

John maldijo y gritó: "Retrocedan, ahora".