¿Soy el guardián de mi hermano?

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Título original:

Am I My Brother's Keeper?

Contenido del libro:

¿Somos responsables del bienestar de nuestros vecinos, amigos y familiares? Obedecer el mandamiento de Dios es perjudicial en nuestros esfuerzos para cosechar, «vida eterna» He intentado compartir mis esfuerzos desde experiencias personales a través del poder del Espíritu Santo guiando mis acciones. El Salmo, en 37:25, dice, «He sido joven, y ahora soy viejo; Pero no he visto al justo desamparado, Ni a su descendencia mendigando pan» (RVA).

El autor, Andrew Earl Stafford, se tomó años para relatar sus experiencias durante más de setenta años mientras interpreta cómo el Espíritu Santo le guió para ser un líder para su familia, su comunidad y su nación a la hora de compartir la presencia de Dios en nuestras vidas cotidianas. Andrew se dio cuenta de la presencia de Dios a una edad temprana al observar cómo Dios protegía y proveía a su madre, Maezell, que en los años cuarenta rechazó la asistencia social porque la consideraba una trampa para crear dependencia, en lugar de una oportunidad para salir adelante. Con cuatro niños y una niña que criar, el departamento de asistencia social le dijo a Maezell que no podía tener coche porque lo consideraban un lujo.

La respuesta de Maezell fue que «necesitaba un coche para llevar a sus hijos al colegio», además, trabajó en una lavandería hasta que se jubiló. Su padre, Clifford, tras dejar la marina, no tuvo más remedio que intentar ganarse la vida jugando al béisbol en las «Old Negro Baseball Leagues» Su ausencia de la familia creó una situación de divorcio.

Aunque se enfrentan a posibles dificultades económicas, el objetivo de Maezell era asegurarse de que todos sus hijos terminaran el bachillerato. Todos lo hicieron, y la mayoría con honores y todos con asistencia perfecta. El libro de Andrew abarca sus luchas en la pobreza, el racismo, la familia, la sociedad y en el ámbito de la guerra espiritual.

Aunque camine por el valle de sombra de muerte, no hay razón para temer al mal. Andrew aprendió de primera mano cómo Dios nos capacitará a cada uno de nosotros para hacer de este mundo un lugar mejor para vivir si estamos dispuestos a »