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Sonny Rollins Plays the Bridge
El glorioso arte de James Ransome celebra al icono del jazz Sonny Rollins y cómo encontró un lugar inspirado para practicar su saxofón cuando sus vecinos se quejaban.
Sonny Rollins adoraba su saxofón. De adolescente, ya tocaba con estrellas del jazz y se estaba haciendo un nombre. Pero en 1959, a la edad de veintinueve años, se tomó un descanso de la música para ser mejor músico, no sólo famoso. Practicar en un apartamento de la ciudad no gustaba a los vecinos, así que Sonny encontró una alternativa sorprendente: el puente de Williamsburg. Allí, con la cabeza en las nubes y las sirenas de niebla como compañía, Sonny podía tocar a sus anchas y perfeccionar su arte. Fue una elección audaz, para un joven y músico audaz.
La pasión de Sonny por la música cobra vida en un texto lleno de jazz y en vívidas y evocadoras pinturas de la ciudad de Nueva York. Su historia celebra el esfuerzo por ser lo mejor de uno mismo, una inspiración para los amantes de la música, jóvenes y mayores.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)