Puntuación:
En «Soluciones fatales», la tercera entrega de la serie de misterio de crucigramas de Becky Clark, la protagonista Quinn Carr, una camarera con TOC, descubre una misteriosa escritura de propiedad de su madre que la lleva a descubrir un esqueleto cerca de un antiguo campo de internamiento japonés de la Segunda Guerra Mundial. A medida que avanza en su investigación, se enfrenta a problemas personales relacionados con su TOC mientras busca respuestas sobre el pasado de su familia y la misteriosa muerte.
Ventajas:El libro presenta una narración detallada y unos personajes complejos y bien desarrollados, sobre todo Quinn, que se enfrenta con autenticidad al trastorno obsesivo-compulsivo. Los lectores aprecian el diálogo ingenioso, el misterio atractivo, la integración de elementos históricos relativos a los campos de internamiento japoneses y el disfrute de los crucigramas entretejidos en la narración. El crecimiento de los personajes a lo largo de la serie ha sido bien recibido, y muchos encuentran atractivo el humor y la ligereza del misterio.
Desventajas:Algunos lectores consideraron que el ritmo era lento a veces, y unos pocos señalaron que las descripciones del entorno de la ciudad parecían escasas. A algunos les costó implicarse plenamente en la historia presentada, y se mencionó que la representación del trastorno obsesivo-compulsivo resultaba un tanto tópica cuando era malinterpretada por los demás. Además, aunque los misterios son atractivos, algunos lectores adivinaron la resolución sin seguir todas las pistas.
(basado en 40 opiniones de lectores)
Fatal Solutions
La creación de crucigramas para el Chestnut Station Chronicle no permitirá a Quinn Carr dejar pronto su trabajo de camarera en una cafetería. Pero le proporciona una válvula de escape para su trastorno obsesivo-compulsivo, y también le permite dejar sutiles pistas al jefe de policía Myron Chestnut, un ávido jugador de crucigramas, cuando sus investigaciones necesitan alguna orientación.
Algunos misterios, sin embargo, dejan perpleja incluso a Quinn, como la escritura de propiedad que encuentra en el viejo escritorio de su abuelo. En el documento figura la madre de Quinn como propietaria de unos terrenos en las afueras de Chestnut Station, pero Georgeanne se niega a hablar de ello. Quinn visita el lugar, situado cerca de un campo de internamiento japonés de la Segunda Guerra Mundial convertido en museo.
Allí desentierra una muñeca japonesa desgastada... y un esqueleto.
Antes de descubrir al asesino, tiene que identificar a la víctima. ¿Era un preso que intentaba escapar? ¿Un guardia? ¿O alguien más cercano? A medida que Quinn rellena los espacios en blanco, descubre un vínculo inesperado entre su familia y la del jefe Chestnut, uno que podría significar más problemas mortales... "FRESCA, RÁPIDA Y MUY DIVERTIDA...
Becky Clark escribe con ingenio, agudeza y autoridad. "Brad Parks, autor ganador del premio Shamus por Fiction Can Be Murder ¡Incluye crucigramas originales!
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)