Sólo la conciencia: El camino de la investigación

Título original:

Awareness Alone: The Path of Enquiry

Contenido del libro:

Existe una sustancia real indivisible que es absolutamente consciente. Nadie ha podido ni podrá demostrar jamás que exista algo fuera de ella. Es literalmente todo lo que tú y yo podemos ser. Entendiendo que no hay Otro, más allá del interminable devenir nacido del deseo y el miedo, deberíamos aceptarnos a nosotros mismos como conciencia eterna únicamente.

Los objetivos de este texto factual son específicos: (1) Afirmar la total transparencia de nosotros mismos como existencia-consciencia sin esfuerzo. (2) Afirmar que las manifestaciones del mundo no son más que órganos y condiciones de la existencia-consciencia sin fronteras. (3) Reconciliar la conciencia en sus modos de sentimiento y volición, potencial y cinético. (4) Deconstruir todos los paradigmas limitantes: de frontera, persona, ego, nombre, forma, tiempo, espacio, causa, cambio, dualidad, contexto, cuerpo, surgimiento independiente, muerte. (5) Afirmar la conciencia como siempre absorbida, singular, más allá de las nociones polarizadas de "sujeto y objeto".

Quienes mantienen la idea de que la conciencia es una especie de "producto evolutivo" que "evoluciona a partir de estados inconscientes", sin ofrecer jamás un solo ejemplo de cómo sucede, se resistirán a las pruebas de este libro: que la condición absoluta de la existencia es la conciencia misma, y que "estas palabras y estos mundos" son su afirmación eterna. Incluso un somero resumen de nuestra posición revela su absolutez en que el cuerpo, los sentidos, los sentimientos y los pensamientos funcionan sin esfuerzo como expresiones de una profundidad sin límites. Mientras tanto, nuestra experiencia en cualquier momento es absoluta, nunca polarizada como "vidente y visto", "yo y otro".

La aparente ramificación infinita de la conciencia como ego, sentido, sentimiento, pensamiento, imaginación, memoria, etc., nos impide rendirnos asombrados ante la única y extraordinaria presencia de la conciencia. Nuestra confusión reside en el hiato percibido entre la receptividad absoluta (sensación) y la volición absoluta (poder de concentración), por lo que "la conciencia se oscurece" como ideas y sus formas: nombre, átomo, tiempo, espacio, causa... Observa esta pulsación, este "devenir" de la conciencia. Sin una receptividad total, ¿cómo podría discernirse algo? ¿Cómo puede la consciencia modificar cuando el contexto es siempre ella misma? ¿Y dónde está la frontera entre lo limitado y lo ilimitado? La cuestión gira en torno a una sola pregunta: ¿A quién le ocurre cualquier idea, acción, desplazamiento (etc)? ¿Quién es el testigo y el bailarín de todos los fenómenos? Debemos asumir la necesidadde indagar: nuestra responsabilidad en el sufrimiento y su causa, la limitación. Todas nuestras fronteras fantasmas, convenciones mentales arraigadas por el hábito, quedan expuestas como los ladrones y dictadores que son. ¿Qué es ignorante, sufre, nace y muere, se pierde? El ego (ese buscador, deseoso, pequeño yo, definidor, fijador, triunfador, guardián fantasma, idea material, superposición) dicta la experiencia, imponiendo la mentira de que las "formas" surgen de forma independiente, donde nos ahogamos en relatividades, y el "conocimiento por inferencia y etiquetado" sustituye al de la identidad, y nuestros personajes obsesivamente construidos no son más que recortes de cartón.

Más allá de la autodistracción, más allá del clamor por construir un paraíso de máquinas ideológicas, más allá del miedo infinito a dejar de ser, nuestra roca y nuestro papel es ser como somos.La paz es el objetivo, una seguridad permanente más allá del balancín de la necesidad, la dependencia y la insatisfacción. Sin embargo, no hay paciencia ni rendición sin comprensión. Deconstruir nos aporta desapego, que abre el camino a una alegría sin esfuerzo. Entonces llevamos las joyas del mundo con ligereza, sabiendo que son el deleite mismo del Supremo. Aunque parezca que actuamos, no nos aferramos a las semillas y consecuencias de la acción. Nos volvemos transparentes, sencillos, siempre ahora, siempre aquí, sin fronteras, eternos.