Sobre el concepto de sincronicidad: Jung entre el psicoanálisis y el cuantismo

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Título original:

On the Concept of Synchronicity: Jung between Psychoanalysis and Quantism

Contenido del libro:

Este ensayo pretende demostrar que el fenómeno de la sincronicidad, como de hecho el propio cuantismo al que está firmemente vinculado, desacredita el modelo mecanicista (el único modelo que sigue siendo la interpretación oficial para la descripción científica de la realidad) e impone un nuevo modelo de comprensión, que incluye necesariamente la interacción de la psique y la materia. La sincronicidad fue estudiada a fondo por Jung, en primer lugar porque le movía ese interés profundo y sincero por lo que atraviesan los fenómenos, en segundo lugar porque no sólo sus pacientes sino él mismo experimentaron varios fenómenos sincronísticos, y en tercer lugar porque el psiquiatra suizo compartía ese afán investigador con el Premio Nobel de Física Wolfgang Pauli, su paciente y luego amigo. Los dos eruditos hablaban lenguajes científicos diferentes que tuvieron que abdicar ante fenómenos que superaban la misma descriptividad: una vergüenza evidente exactamente desde el punto de vista científico - ni la física ni el psicoanálisis podían decir lo que mostraban ciertas experiencias.

Las dos disciplinas desvelaron un mundo nunca visto, en el que lo material ya no se distingue de lo psíquico y, a propósito de esto, Pauli dice: Ahora debemos proceder a encontrar un lenguaje neutro o unitario en el que cada concepto que utilicemos sea aplicable tanto al inconsciente como a la materia, para superar esta vieja creencia de que la psique inconsciente y la materia son dos cosas separadas. Las categorías del pensamiento especulativo occidental (especialmente las anteriores al siglo XX) tienen dificultades para explicar lo que es no causal, sin espacio y sin tiempo. La sincronicidad se impuso como una cuarta fuerza, un mandala capaz de armonizar y redefinir, aclarar y completar la comprensión de la realidad, que ya no está dividida ni limitada: Espacio, tiempo y causalidad, esa tríada de la imagen física clásica del mundo, se completarían gracias a la sincronicidad, en una tétrada, es decir, en un cuaternio que hace posible un juicio de conjunto. Si la realidad muestra fenómenos que trascienden el espacio, el tiempo y la causalidad, esta misma realidad debe necesariamente ser redescrita, muy evidentemente a través de herramientas más integrales. señala Jung: Si estos fenómenos ocurren realmente, el marco racionalista del universo no es válido, porque es incompleto.

Así, la posibilidad de una realidad más allá del mundo fenoménico, una realidad en la que prevalezcan otros valores, se convierte en un problema del que no se puede escapar; y hay que tener en cuenta el hecho de que nuestro mundo -con el tiempo, el espacio y la causalidad- está relacionado con otro orden de cosas (que se oculta bajo o detrás de él), en el que ni el aquí y el allá, ni el antes y el después tienen sentido.