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Simulating Good and Evil: The Morality and Politics of Videogames
Simulando el bien y el mal demuestra que el pánico moral que rodea a los videojuegos violentos es profundamente erróneo, y a menudo está motivado políticamente, pero que, no obstante, los juegos son moralmente importantes. Las acciones simuladas son moralmente defendibles porque tienen lugar fuera del mundo real y no infligen daños reales.
Décadas de investigación que pretendían demostrar que los videojuegos son inmorales no han aportado pruebas convincentes de ello. Sin embargo, los juegos son moralmente importantes porque simulan decisiones que tendrían peso moral si se desarrollaran en el mundo real. Los videojuegos deben verse como espacios en los que los jugadores pueden experimentar con estrategias de razonamiento moral sin realizar acciones que en sí mismas estarían sujetas a una evaluación moral.
Algunos contenidos de los videojuegos pueden resultar molestos u ofensivos, pero la mera ofensa no indica necesariamente un problema moral. El contenido molesto se entiende mejor aplicando las teorías existentes para evaluar las ideologías políticas y el discurso ofensivo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)