Sigamos adelante

Título original:

Let Us Go on

Contenido del libro:

La mejor manera de conocer a alguien es en el Espíritu del Señor entre ustedes. El Espíritu es fácil de invocar y seguro de confirmar las actitudes del otro.

Tal relación confirma al otro y nunca pide atención personal. Una mente carnal siempre esta buscando atención. Esta mendicidad no siempre es verbal.

Se puede notar por su comportamiento, sus deseos.

Tales acciones harán que se deje de lado el hambre espiritual mientras el espíritu egoísta busca constantemente "atta-boys". El apóstol Pablo encontró esta actitud entre los hebreos cuando les estaba enseñando sobre Cristo resucitado.

Les regañó. Luego les indicó varios pasos a seguir para adquirir un conocimiento Espiritual que glorificara al Señor. Todos los caminos de la vida buscan mejorar su posición.

La mayoría seguirá una ruta educativa o comercial hacia la educación superior. Con suerte, su recompensa fortalecerá una solicitud de empleo. Se eligen clases apropiadas y otras oportunidades.

A menudo se busca formación en el puesto de trabajo. Estos ideales se siguen con la esperanza personal como motivación.

La llamada a la vida espiritual y sus ofertas educativas pasan a un segundo plano frente a las oportunidades seculares. Muchos cristianos "conocen al Señor". Pero a menudo sólo se especializan en lo básico ofrecido en sentido secuencial desde los servicios semanales de la Iglesia.

El progreso espiritual se ve frenado por la falta de conocimiento espiritual y su aplicación deseada.

Este autor destaca la enseñanza del apóstol Pablo sobre las consecuencias para un discípulo que sigue bebiendo sólo la leche de la palabra. De este modo ignoran su carne o revelaciones más profundas. Su exhortación a los hebreos y a todos los que mantienen una relación estancada con Cristo es: "¡Sigamos hacia la perfección! "Esta exhortación se cumple cuando el discípulo responde a la llamada ascendente de la educación espiritual.

Avanzar paso a paso en la educación da como resultado una actitud madura fortificada por la sumisión a la obediencia exigida por la ofrenda. Nada es más satisfactorio que una educación que te posiciona en sumisión obediente al Señor. ¡Selah!