Shoeless Joe and the Mill Hill Kids
Los tiempos eran difíciles para todos en 1938. La Gran Depresión había dejado a la gente sin apenas dinero para comer, y mucho menos para los pequeños placeres de la vida. Pero eso no impedía que los niños que crecían en las fábricas textiles del sur se divirtieran.
A Charlie Miller, de diez años, y a sus amigos les encantaba jugar al béisbol. Hacían pelotas con piedras, algodón y cuerda, y tallaban bates con robustas ramas de pino. Su equipo eran los Smackers, y sus archienemigos, los Dogtown Dogs.
A pesar de su amor por el juego, Charlie no era muy bueno. Splinter Rawlings, el matón del pueblo y líder de los Dogs, se burlaba de Charlie. «No podrías golpear una pelota ni con un dos por cuatro», le decía Splinter. Eso hirió los sentimientos de Charlie, que juró convertirse en un mejor bateador.
Charlie oyó hablar de un lugareño llamado Jackson que había jugado al béisbol en las Grandes Ligas y le pidió consejo. Charlie no sabía que su juego estaba a punto de cambiar, porque el anciano era una leyenda, una leyenda llamada «Shoeless Joe».
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)