Sea Power and the American Interest: From the Civil War to the Great War
Desde la Guerra de Secesión hasta la Gran Guerra, el sistema comercial transatlántico que databa de los tiempos coloniales de la nación continuó en América. Hacia 1900, la sostenibilidad de este sistema atlántico redundaba en el interés material de una América industrial de la que dependía su prosperidad nacional agregada. El principal beneficiario de esta realidad político-económica era el interés monetario estadounidense centrado en el noreste, con la ciudad de Nueva York en el centro.
El autor John Fass Morton explica cómo este país llegó a dar valor a las oportunidades comerciales en el extranjero en apoyo de la industria siderúrgica estadounidense. Tanto europeos como estadounidenses perseguían imperios informales para la adquisición de recursos y mercados para los excedentes de capital y producción. Morton analiza cómo la política estadounidense encontró consenso en torno a la idea de imperio, haciendo balance de la apertura de los mercados latinoamericanos y chinos al comercio estadounidense como medio para evitar depresiones económicas socialmente desestabilizadoras.
Las administraciones republicanas reflejaron las finanzas de Wall Street y los otros tres intereses madisonianos de Estados Unidos -comercial, manufacturero y agrario- con las políticas de Puertas Abiertas y Diplomacia del Dólar para establecer protectorados fiscales en América Central y el Caribe. En la base de la Diplomacia del Dólar estaba su compromiso con "una gran armada" que sería el "seguro" para un interés estadounidense permanente que representaba la Diplomacia del Dólar. Con la llegada estratégica del sinew del petróleo y la reevaluación de Wall Street de la Puerta Abierta en China, la administración Wilson se inclinó hacia la protección de las inversiones estadounidenses en el hemisferio -especialmente en México- con una "Gran Armada". Con Wilson, llegó un establishment progresista de política exterior que seguía reflejando el internacionalismo transatlántico de los intereses adinerados del noreste. Como institución progresista del siglo XX, la Marina sustentaría así una expansión estadounidense que ahora era progresista.
La historia de la Armada desde la Guerra Civil hasta la Gran Guerra revela una verdad. Los sectores fundacionales y dinámicos de la base económica de una gran nación -sus tendones- dan lugar a redes de consenso político que impulsan el interés nacional, la estrategia a largo plazo y las características de sus elementos de poder nacional. De ello se deduce que los atributos del poder marítimo deben ser expresiones materiales de esos nervios, permitiendo que una armada sirva mejor como herramienta sostenible y procesable para los intereses de una gran nación.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)