Puntuación:
El libro explora a fondo la historia rusa, ofreciendo valiosas ideas y una perspectiva única, especialmente en lo que se refiere a la dinámica social y política del país. Mientras que algunos lectores lo encontraron perspicaz y bien escrito, otros lo consideraron complejo y lleno de lagunas que requerían conocimientos previos para su plena comprensión. Es posible que la estructura temática y el vocabulario del libro no atraigan a todos los lectores, lo que provoca reacciones encontradas.
Ventajas:El libro es perspicaz, está bien escrito y ofrece una perspectiva única de la historia rusa. Abarca con detalle un amplio periodo de tiempo e informa sobre aspectos sociales, políticos y culturales. Ha sido elogiado por sus temas atractivos y su claridad para quienes están familiarizados con la historia rusa.
Desventajas:El libro puede resultar complejo y no ser adecuado para principiantes debido a su elevado vocabulario y estructura temática. Algunos lectores lo consideraron aburrido o abrumador, con críticas sobre errores de impresión en la versión Kindle y la falta de una narrativa directa. Requiere una base sólida en historia rusa para apreciarlo plenamente.
(basado en 19 opiniones de lectores)
Russia: People and Empire, 1552-1917, Enlarged Edition
La Unión Soviética se desmorona y Rusia se levanta de entre los escombros, de nuevo la gran nación: un escenario perfecto, salvo por un punto: Rusia nunca fue una nación. Y esto, dice el eminente historiador Geoffrey Hosking, está en el centro del dilema de los rusos de hoy, que luchan con los rudimentos de la nacionalidad.
Su libro trata de la Rusia que nunca fue, una historia de trescientos años de construcción de imperios a expensas de la identidad nacional. Rusia comienza en el siglo XVI, con el inicio de uno de los imperios más extensos y diversos de la historia. Hosking muestra cómo esta empresa, el esfuerzo de conquistar, defender y administrar una mezcla tan enorme de territorios y pueblos, agotó las facultades productivas del pueblo llano y debilitó sus instituciones cívicas.
Ni la Iglesia ni el Estado fueron capaces de proyectar una imagen de la "rusidad" que pudiera unir a élites y masas en una conciencia de pertenencia a la misma nación. Hosking describe dos Rusias, la de la alta burguesía y la del campesinado, y revela cómo la brecha entre ambas, ensanchada por el repudio del Estado zarista al mito mesiánico ortodoxo, siguió creciendo a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
Aquí vemos cómo este mito, en el que se basaba originalmente el imperio, regresó siglos más tarde en forma del movimiento revolucionario, que acabó barriendo el Imperio zarista pero lo sustituyó por otro aún más universalista. Hosking concluye su relato en 1917, pero muestra cómo el conflicto que describe sigue afectando a Rusia hasta nuestros días.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)