Robert Frost y el Renacimiento de Nueva Inglaterra

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Título original:

Robert Frost & New Eng Renaissance

Contenido del libro:

"Un poema se lee mejor a la luz de todos los demás poemas jamás escritos". Así dijo Robert Frost al instruir a los lectores sobre cómo alcanzar la alfabetización poética. El libro más reciente de George Monteiro sigue ese dictado para mejorar nuestra comprensión de los poemas más valiosos de Frost demostrando las formas en que circulan entre las constelaciones de grandes poemas y ensayos del Renacimiento de Nueva Inglaterra.

Monteiro lee la propia poesía de Frost no contra "todos los demás poemas jamás escritos", sino a la luz de poemas y ensayos de sus precursores, en particular Emerson, Thoreau y Dickinson. Poemas tan conocidos como "Muro reparador", "Después de recoger manzanas", "Los abedules", "Parada en el bosque en una tarde nevada", "El camino no tomado" y "Segar", así como poemas menos conocidos como "El caballo de tiro", "El hacha doce", "La hoguera", "El fuego" y "El fuego de los árboles", ", "La hoguera", "Polvo de nieve", "Una cabaña en el claro", "El capullo" y "La vaina del algodoncillo", se renuevan con lecturas frescas y originales que muestran por qué y cómo estos poemas rinden homenaje a sus distinguidas fuentes.

La insistencia de Frost en que Emerson y Thoreau eran los gigantes de las letras norteamericanas del siglo XIX se ve confirmada por los numerosos poemas, de influencias diversas, que derivan de ellos. Su actitud hacia Emily Dickinson, sin embargo, fue más compleja y a veces menos generosa. A los veinte años moldeó su poesía según la de ella. Pero más tarde, cuando se incorporó a la facultad del Amherst College, la encontró menos benefactora que competidora. Monteiro narra una historia de atracción, imitación y homenaje contrarrestada por la competencia, la denigración y la aceptación a regañadientes de la grandeza de Dickinson como mujer poeta. En un movimiento audaz, compone -a partir de las propias palabras y frases de Frost- la charla sobre Emily Dickinson que Frost nunca fue invitado a dar.

Al mostrar cómo la obra de Frost dialoga con la de sus predecesores, Monteiro nos ofrece un nuevo Frost cuya poesía se percibe como la culminación de una experiencia literaria de Nueva Inglaterra intensamente sentida.