Rezar cuando la vida duele

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Título original:

Praying When Life Hurts

Contenido del libro:

Grité a Dios pidiendo ayuda;

clamé a Dios para que me escuchara.

Cuando estaba en apuros, buscaba al Señor;

Por la noche extendí incansables mis manos.

Y mi alma se negó a ser consolada.

(Salmo 77)

"Muchos cristianos luchan con la oración... y la mayoría de nosotros tememos hablar de ello", escribe W. Bingham Hunter en el comienzo de este breve, honesto y reconfortante folleto. Continúa: "Dios nos manda orar (1Tes 5:17), y la oración es uno de los deseos profundos del corazón redimido. Pero el cinismo y el escepticismo de nuestra cultura nos acechan y nos asaltan las dudas. Las decepciones de la oración sin respuesta erosionan nuestra fe y desalientan la persistencia. La presencia omnipresente del desastre, el mal y la injusticia nos enfurecen. El dolor y el sufrimiento magnifican esos sentimientos y pueden desbordar por completo la capacidad de orar.

"En la enseñanza sobre la oración, las verdades de las Escrituras se sustituyen a menudo por dulces pensamientos y especulaciones, y se evitan las oportunidades de sinceridad sobre lo que nos hacen el dolor y el sufrimiento. Sin embargo, lo que los teólogos y filósofos llaman 'el problema del dolor' ha desafiado al pueblo de Dios desde sus primeros días. Hay personas para las que se trata en gran medida de una cuestión intelectual, pero para la mayoría de nosotros, el sufrimiento es personal.

"El dolor puede ser físico o mental, la pena y el sufrimiento pueden ser a corto plazo o crónicos, y los encuentros con el mal pueden ser personales o vicarios. Sin embargo, sea cual sea su naturaleza, las consecuencias suelen ser las mismas: gran parte del tiempo es imposible rezar; y cuando finalmente sale algo, las palabras son preguntas... a menudo llenas de angustia e ira".

Aquí Hunter aborda cómo rezar cuando la vida duele tanto en lo personal como en lo práctico. Basándose en sus propias experiencias, en pasajes de Job y del Salmo, y en los escritos de contemporáneos como Joseph Bayly y Philip Yancey, no ofrece respuestas sencillas. Sin embargo, también señala aquello de lo que podemos estar seguros: "el hecho histórico de la cruz y la resurrección del Señor Jesucristo, de su victoria sobre el dolor, el mal y la muerte: el hecho de que Dios asumió nuestro sufrimiento".