Puntuación:
El libro presenta una defensa del pensamiento liberal clásico y sus conceptos aplicados a diversas premisas económicas y morales. Ofrece análisis históricos y ejemplos para apoyar la liberalización del comercio, pero también se enfrenta a críticas por su estilo de redacción, posibles sesgos y falta de compromiso con ciertos temas modernos.
Ventajas:⬤ Defensa bien escrita del liberalismo clásico
⬤ buen análisis histórico con puntos interesantes
⬤ presentación académica respaldada por hechos e investigación
⬤ ejemplos útiles que apoyan los principios del libre mercado
⬤ ofrece reflexiones sobre las políticas económicas.
⬤ Algunas partes están mal escritas y requieren múltiples lecturas para su comprensión
⬤ sesgo político percibido, especialmente hacia el final
⬤ tratamiento inadecuado de las cuestiones del cambio climático y la gestión de recursos
⬤ vocabulario excesivamente complejo y presentación árida
⬤ algunas inexactitudes respecto a las teorías de Adam Smith.
(basado en 6 opiniones de lectores)
Reviving the Invisible Hand: The Case for Classical Liberalism in the Twenty-First Century
Revivir la mano invisible es un llamamiento sin concesiones al retorno global a un orden económico liberal clásico, libre de injerencias de gobiernos y organizaciones internacionales. El eminente economista Deepak Lal, que aboga por el resurgimiento de la mano invisible del libre comercio internacional y el capital global, defiende con vigor la opinión de que los intentos estatistas de paliar el impacto de los mercados amenazan el progreso y la estabilidad económica mundial. Y en un movimiento inusual, no sólo defiende la globalización desde el punto de vista económico, sino que también responde a las objeciones culturales y morales de los antiglobalizadores.
Adoptando un amplio enfoque transcultural e interdisciplinario, Lal sostiene que existen dos grupos opuestos a la globalización: los nacionalistas culturales, que no se oponen al capitalismo sino a la occidentalización, y los nuevos dirigistas, que no se oponen a la occidentalización sino al capitalismo. En respuesta, Lal sostiene que el capitalismo no tiene por qué conducir a la occidentalización, como demuestran los ejemplos de Japón, China e India, y que las quejas de los nuevos dirigistas tienen más que ver con la desmoralización de sus sociedades que con los instrumentos capitalistas de prosperidad.
Lal basa su argumentación en un relato histórico del auge del capitalismo y la globalización en los dos primeros órdenes económicos internacionales liberales: el británico del siglo XIX y el estadounidense posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Argumentando que el nuevo dirigismo es el delgado filo de una cuña que podría devolver al mundo a una intervención económica excesiva por parte de los Estados y las organizaciones internacionales, Lal no se arredra ante posturas controvertidas como abogar por la abolición de estas organizaciones y defender la existencia del trabajo infantil en el Tercer Mundo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)