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Render Unto Caesar: Serving the Nation by Living Our Catholic Beliefs in Political Life
"Las personas que se toman a Dios en serio no guardarán silencio sobre su fe. A menudo discreparán sobre doctrina o política, pero no se callarán. No pueden estarlo. Actuarán conforme a lo que creen, a veces a costa de su reputación y sus carreras. Obviamente, el bien común exige un respeto por otras personas con creencias diferentes y una voluntad de compromiso siempre que sea posible. Pero para los católicos, el bien común nunca puede significar silenciarse en el debate público sobre cuestiones fundamentales de la dignidad humana. La fe cristiana es siempre personal, pero nunca privada. Por eso, cualquier noción de tolerancia que intente reducir la fe a una idiosincrasia privada, o a un conjunto de opiniones que podemos consentir en casa pero que debemos callar en público, fracasará siempre".
--De la introducción.
Pocos temas han suscitado tanto debate público en los últimos años como el equilibrio entre religión y política. ¿Tiene cabida el pensamiento religioso en el discurso político? ¿Tienen derecho los creyentes religiosos a convertir sus valores en acción política? ¿Qué significa realmente la separación entre Iglesia y Estado? Una de las voces más destacadas en este tema, Charles J. Chaput, arzobispo de Filadelfia, aborda aquí el meollo de estas importantes cuestiones.
Chaput argumenta que, aunque la sociedad estadounidense tiene un amplio espacio para creyentes y no creyentes, nuestra vida pública debe considerarse en el contexto de sus raíces cristianas. La democracia estadounidense no pide a sus ciudadanos que dejen de lado sus profundas creencias morales y religiosas en aras de la política pública. De hecho, exige exactamente lo contrario.
Como bien sabían los fundadores de la nación, las personas son falibles. La mayoría de los votantes, como la historia ha demostrado una y otra vez, pueden estar desinformados, mal informados, ser parciales o, simplemente, estar equivocados. Por lo tanto, para sobrevivir, la democracia estadounidense depende de una ciudadanía comprometida -personas de carácter, incluidos los creyentes religiosos, que luchen por sus creencias en la plaza pública- respetuosa pero enérgica, y sin disculparse. Cualquier otra cosa es mala ciudadanía y una forma de robo a la salud de la nación. O como sugiere el autor Los buenos modales no son una excusa para la cobardía política.
Los católicos estadounidenses y otras personas de buena voluntad forman parte de una lucha por el futuro de nuestra nación, dice Charles J. Chaput. Nuestras elecciones, incluidas las políticas, importan. Los católicos deben asumir un papel activo, vocal y moralmente coherente en el debate público. No podemos afirmar que creemos personalmente en la santidad de la persona humana, y luego actuar en nuestras políticas públicas como si no lo hiciéramos. No podemos separar nuestras convicciones privadas de nuestras acciones públicas sin menoscabo de ambas. En palabras del autor, "la forma en que actuamos actúa al revés sobre nuestras convicciones, fortaleciéndolas o asfixiándolas bajo una nevada de coartadas".
Vívido, provocador, claro y convincente, Render unto Caesar es un llamamiento a los católicos estadounidenses para que sirvan a los más altos ideales de su nación viviendo primero su fe católica de forma profunda y auténtica.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)