Reimagining Dinosaurs in Late Victorian and Edwardian Literature
Cuando se acuñó el término «dinosaurio» en 1842, se refería a fósiles británicos fragmentarios. En las décadas siguientes, los descubrimientos norteamericanos, como los del Brontosaurus y el Triceratops, demostraron que los llamados «lagartos terribles» apenas eran lagartos.
En la década de 1910, «dinosaurio» ya era una palabra familiar. Reimagining Dinosaurs in Late Victorian and Edwardian Literature aborda la ficción y el periodismo popular, hasta ahora inexplorados, que hicieron de este término científico un término significativo para los grandes lectores transatlánticos. A diferencia de estudiosos anteriores, que se han centrado en las exposiciones de los museos estadounidenses, Richard Fallon sostiene que la literatura fue fundamental para convertir a estas criaturas extinguidas en iconos culturales.
Los autores populares relacionaron hábilmente los dinosaurios con preocupaciones más amplias sobre el imperio, el progreso y la fe; algunos de los más destacados, como Arthur Conan Doyle y Henry Neville Hutchinson, también menospreciaron a los científicos de élite, socavando las distinciones entre la escritura científica y la imaginativa. Así pues, el auge de los dinosaurios vino acompañado de fascinantes controversias transatlánticas sobre la autoridad científica.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)