Registro Arte Urbano: Street Art

Contenido del libro:

Deambular sin rumbo por una ciudad constituye una de las experiencias más emocionantes. Pero para quienes se dedican a la fotografía es también entonces pasión innata por la curiosidad: descubrir diferentes escenarios fotográficos que se renuevan constantemente. El arte de la fotografía, por cierto, se convierte así en un instrumento privilegiado para registrar -entre otras cosas- los muros de una ciudad.

Así, los muros hablan, son una metáfora de sus habitantes. Que se expresan en un lenguaje a la vez exquisito y muy exigente, ya que estimula al espectador a descifrar lo que se revela y, en el mismo acto, se oculta. Este juego intermitente convoca una hermenéutica de la imagen que desafía a cada observador.

Lejos de su humildad, la obra de arte está sujeta a cuidados exigentes: restauradores, museos y conservadores de galerías tienen la misión de preservar un cuerpo físico inerte que, paradójicamente, también es perecedero. Pero, al igual que los dioses, la obra de arte evoca la ilusión de la eternidad.

He intentado preservar fotográficamente estos muros, desafiando la finitud de las obras registradas en su día, pero que en su mayoría ya no existen hoy debido al deterioro natural del tiempo, o al vandalismo o, como hacían los pintores antiguos con sus lienzos, solapadas por la obra de algún otro artista.

Aunque efímero por naturaleza y necesariamente condenado a desaparecer, el arte en el espacio público puede, y debe, ser rescatado del olvido.

Gustavo Agrest.

Buenos Aires, septiembre de 2019.