Redes de conocimiento agrícola en la Europa rural, 1700-2000

Título original:

Agricultural Knowledge Networks in Rural Europe, 1700-2000

Contenido del libro:

Un examen de cómo los conocimientos agrícolas pudieron compartirse y extenderse, a lo largo de cuatro siglos.

Todos los tipos de conocimiento, desde el saber tradicional hasta la ciencia moderna, son socialmente contingentes y producto de una lucha social secular y permanente. Este libro desentraña la creación y el intercambio de conocimientos agronómicos en la Europa rural, desde principios del siglo XVIII hasta finales del XX. Explora la difusión del saber a través del prisma de las "redes de conocimiento": ¿de dónde procedían los conocimientos agronómicos y cómo se aprendía a dirigir una explotación agrícola? ¿Quién participaba en este proceso de intercambio de conocimientos? ¿Qué estrategias y métodos comunicativos se empleaban y qué tipo de redes funcionaban?

Las respuestas a estas preguntas reflejan, como ilustra el libro, la inventiva de los actores en escena: la creatividad de un naturalista francés a la hora de establecer vínculos con los agricultores locales para detener la circulación de una devastadora polilla del cereal, el poder de la prensa agrícola para inculcar "valores adecuados" en las prácticas agrícolas húngaras o para conformar la identidad del movimiento agrario gallego, y la agencia de los agricultores británicos de posguerra a la hora de seleccionar su propia información, a partir de fuentes como conferencias al Club de Jóvenes Agricultores, visitas de asesores públicos y representantes de firmas comerciales, y programas de radio.

Desde el inicio de la Ilustración agrícola, los agricultores se han visto cada vez más asediados por un ejército creciente de expertos que les dicen lo que tienen que hacer, cuándo y cómo. En cierto sentido, la agricultura se ha convertido en una de las profesiones más condescendientes. Pero los agricultores pueden resistir y labrarse su propio camino. Los capítulos de este libro revelan las continuas tensiones entre la agricultura basada en la ciencia y la agricultura basada en la práctica, entre la imagen experta de una agricultura ideal y la autoimagen (menos conocida) de ser un buen agricultor. El proceso dominante, como muestra este libro, es el de una transmisión instrumental descendente de conocimientos desde "el laboratorio al campo". Pero entre estos dos polos se desarrollaron redes complejas y florecientes, que funcionaban como zonas de intercambio en las que el conocimiento y la experiencia podían circular, ponerse a prueba, olvidarse, alterarse, rechazarse... y a veces imponerse.