What's Wrong with Lookism?: Personal Appearance, Discrimination, and Disadvantage
Las personas reciben un trato diferente por su aspecto.
Pero, ¿cuándo es moralmente censurable la discriminación por el aspecto físico, o "lookismo", como suele denominarse? Esta cuestión es importante al menos por dos razones. En primer lugar, los beneficios que obtienen las personas consideradas visualmente atractivas son considerables y se disfrutan en diversos contextos, como el empleo, las relaciones personales, la educación, la política y el sistema de justicia penal.
En segundo lugar, la discriminación por el aspecto físico es de interés moral no sólo por sí misma, sino también por su relación con otras formas de discriminación. Las normas relativas a la apariencia, es decir, las normas sobre el aspecto que debemos tener, suelen imponer mayores cargas a los grupos desfavorecidos. En consecuencia, la discriminación basada en la apariencia, cuando recompensa a las personas que se ajustan a estas normas, puede implicar o interactuar con los efectos de la discriminación injusta basada en características distintas de la apariencia, de un modo que agrava las injusticias existentes.
examina la moralidad de la discriminación por el aspecto físico en tres contextos: las decisiones laborales, la elección de amigos o parejas románticas y la práctica cotidiana de juzgar y comentar el aspecto físico de las personas. Andrew Mason desarrolla una teoría pluralista de lo que hace que la discriminación sea incorrecta que identifica tres características que la hacen incorrecta, a saber, la falta de respeto, la injusticia deliberada y la contribución a consecuencias injustas, y demuestra cómo la presencia de una o más de estas características en cada uno de estos contextos problematiza el lookismo que tiene lugar en ellos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)