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It May Hurt for Awhile: Supporting Those in Grief
Las muertes de Tami y Marsha destrozaron mi interior como ninguna otra cosa.
Aunque mis padres, otros parientes y algunos de mis amigos habían muerto antes que Marsha y Tami, ninguna de sus muertes me había destrozado como ésta.
Los brutales asesinatos y los muchos años siguientes que pasé en los tribunales me pasaron una factura agotadora, y durante mis luchas por sobrevivir, dediqué mi vida a una relación más profunda con Dios. Gracias a esta relación, ahora estoy en paz, porque he aprendido a confiar en Jesús y a apoyarme en él. A lo largo de estos años, he llegado a apreciar la singularidad y la necesidad del ministerio del grupo de apoyo cristiano en la iglesia.
Incluso cuando te duela y no tengas ganas de moverte, muévete. Únete a un grupo de apoyo, a un club social, al bingo, a un gimnasio, a la iglesia, a un club de senderismo, o considera la posibilidad de escribir tu dolor... y permite que los cristianos que te apoyan te acompañen.
La vida de Avis E. Ottey cambió drásticamente cuando, el 16 de agosto de 1995, al volver a casa de su trabajo en Bell Canada, descubrió el cadáver de su hija mayor, Marsha Ottey, y más tarde se enteró de que Tami Ottey, su hija menor, también había sido asesinada.
Avis acudió a un psiquiatra tras la muerte de sus hijas; atribuye su mejoría a esas sesiones, junto con el apoyo de amigos, familiares, la familia de la iglesia, su fe en Dios y el encarcelamiento de los asesinos.
Es licenciada en Teología (2004) por el Canada Christian College de Toronto: Licenciada en Teología (2004) y Máster en Asesoramiento Cristiano (2012). Vive en el área metropolitana de Toronto.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)