PT Boat; Terrores del Pacífico

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Título original:

PT Boat; Terrors of the Pacific

Contenido del libro:

Tras el ataque a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, la Armada de Estados Unidos carecía de una flota importante para luchar contra el avance japonés por el Pacífico. Para hacer frente a los planes de expansión japoneses, Estados Unidos construyó una flota de lanchas rápidas de madera para combatir a los japoneses en su avance por el Pacífico. Los barcos estaban armados con ametralladoras, tubos lanzatorpedos, cañones pequeños, cargas de profundidad y cualquier otro artefacto que los capitanes pudieran encontrar para hacer sus barcos más intimidatorios. Llevaban tres motores Packard V-12 que les permitían alcanzar velocidades de cuarenta nudos. Su escaso calado les permitía enfrentarse a los convoyes japoneses en las ensenadas y pasajes poco profundos de las numerosas cadenas de islas del Pacífico, donde los buques más grandes no podían operar. Cada lancha contaba con una tripulación de trece a diecisiete hombres, dependiendo del tipo de armamento de que dispusiera. Todos los hombres a bordo de un PT Boat eran voluntarios, debido al peligro extremo que entrañaban sus misiones. La Marina estadounidense buscó por todas partes oficiales jóvenes con experiencia en el manejo de lanchas rápidas. Los hombres de cada lancha eran entrenados como tripulación para asegurarse de que cada lancha tuviera una tripulación cualificada, capaz de soportar los rigores del combate en mar abierto. El teniente Buzz Maddox había trabajado toda su vida en la flota pesquera de su padre y había demostrado ser un buen piloto.

Tras sobrevivir al ataque a Pearl Harbor y recuperarse de sus heridas, Buzz se presentó voluntario para el programa de lanchas PT. Tras completar el curso de entrenamiento en Melville, Rhode Island, él y la tripulación del PT113 se dirigieron al Pacífico para enfrentarse cara a cara con los japoneses. De isla en isla, las valientes tripulaciones de los PT Boats estadounidenses se abrieron camino por las Islas Salomón, Nueva Guinea y Filipinas, luchando contra el enemigo hasta el final de la guerra. Independientemente de dónde lucharan, las tripulaciones sabían que la guerra podía acabar de tres maneras: muertos en combate, prisioneros de guerra o en las aguas llenas de tiburones que rodeaban todas las islas del Pacífico. Aunque los hombres luchaban con tenacidad, nadie sabía cuándo llegaría su punto de ruptura. Cada hombre se enfrentaba a la batalla igual que un soldado en una trinchera, y cada uno tenía su propio punto de ruptura.

Debido a su velocidad y maniobrabilidad, los marinos estadounidenses llamaron a estas ligeras máquinas de combate Mosquito Boats. Los japoneses los llamaban simplemente Devil Boat.