Chad sigue figurando entre los países menos desarrollados del mundo; su PIB per cápita se ha contraído desde 2015, lo que impide al país reducir la pobreza y mejorar los resultados de desarrollo. El progreso en la reducción de la pobreza se ha estancado y el número de pobres extremos ha aumentado, con ambas tendencias exacerbadas por la pandemia de COVID-19.
Impulsar la prosperidad compartida en Chad es una actualización del Diagnóstico Sistemático de País (DSP) de 2015; esta actualización confirma que el crecimiento económico y la reducción de la pobreza siguen viéndose obstaculizados por las mismas limitaciones que se identificaron anteriormente: escaso capital humano y lenta transición demográfica, baja productividad, bajos ingresos procedentes de la actividad económica en las zonas rurales, inversiones en infraestructuras insuficientes y volátiles, elevada desigualdad de género y deficiencias de los servicios de la administración pública. Esta actualización del SCD añade tres limitaciones más: la inseguridad y los conflictos, la inadecuada gestión macroeconómica de las perturbaciones económicas y la vulnerabilidad al cambio climático, todas las cuales socavan cada vez más el progreso.
Impulsar la prosperidad compartida en Chad sostiene que el éxito de los esfuerzos de reforma dependerá de la capacidad del país para abordar los factores de fragilidad, conflicto y violencia; adaptarse al cambio climático; promover un marco macrofiscal adecuado; y crear un entorno normativo favorable a las empresas. Las vías para acelerar la reducción de la pobreza se centran en reforzar el capital humano, mejorar las infraestructuras y desarrollar sectores con ventajas estratégicas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)