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El libro «Prolapso de órganos pélvicos: La epidemia silenciosa», de Sherrie Palm, está muy bien considerado por los lectores como un recurso informativo y útil para las mujeres que se enfrentan al prolapso de órganos pélvicos (POP). Ofrece perspectivas personales, información valiosa sobre opciones de tratamiento y recursos de apoyo comunitario, lo que lo convierte en una lectura esencial para las afectadas por esta enfermedad. Sin embargo, algunas reseñas mencionan problemas de edición, repetición y el deseo de una cobertura más profunda de ciertos aspectos.
Ventajas:Proporciona una buena introducción al prolapso de órganos pélvicos y a temas relacionados con la salud de la mujer.
Desventajas:Contiene una gran cantidad de información y recursos útiles para comprender, afrontar y defenderse.
(basado en 16 opiniones de lectores)
Pelvic Organ Prolapse: The Silent Epidemic
El mensaje subliminal que recibimos las mujeres desde la primera infancia es que no debemos mirar, hablar ni reconocer nuestra vagina. No es de extrañar que nos cueste tanto entender la salud vaginal o interpretar síntomas como la incontinencia, el estreñimiento, el dolor pélvico o el abultamiento del tejido vaginal. Por definición, el estigma es una marca de desgracia asociada a una circunstancia o cualidad particular. Sentirse etiquetada o definida por un problema de salud puede ser devastador.
Por lo general, las mujeres nunca han oído hablar del prolapso de órganos pélvicos (POP) antes del fatídico examen que indica que padecen esta afección. Por desgracia, el descubrimiento tras el diagnóstico es el resultado final de meses, a veces años, sin tener ni idea de la causa de los síntomas dolorosos, incómodos o embarazosos. El POP, que incapacita físicamente en distintos grados según el tipo o tipos y el grado de gravedad, supone un desastre en casi todos los aspectos de la vida de las mujeres. El estigma del prolapso de órganos pélvicos suele generar sentimientos de vergüenza, angustia, impotencia, ansiedad, culpa, desesperanza, aislamiento, vergüenza y miedo. Con frecuencia, estos síntomas de estigma van acompañados de shock.
En mi búsqueda de respuestas a mis propias necesidades, me decidí a encontrar un camino que permitiera a las mujeres informarse sobre el prolapso de órganos pélvicos antes del diagnóstico, no sólo a las mujeres que buscan tratamiento, sino a todas las mujeres. La conversación debe comenzar durante el primer examen pélvico que experimenta una mujer. Las mujeres deben recibir información y formación sobre la importancia del músculo pélvico para la salud del suelo pélvico, el parto, la salud sexual y la continencia. Esto permitiría a las mujeres jóvenes reconocer los problemas de salud pélvica femeninos más frecuentes, como el POP o la incontinencia.
Parece absurdo que se hable tan poco del prolapso de órganos pélvicos en esta etapa de la evolución de la salud de la mujer, sobre todo teniendo en cuenta que el POP lleva en los registros médicos casi 4000 años. Mi sincera esperanza es que este libro genere un diálogo abierto que permita a las mujeres reconocer los síntomas indicativos del POP, así como estimular las conversaciones en atención primaria y ginecología, que actualmente rara vez realizan pruebas de detección del POP durante los exámenes pélvicos rutinarios. El conocimiento del prolapso de órganos pélvicos es una pieza fundamental de la concienciación sobre la salud de la mujer, y la concienciación sobre el POP generará sin duda el próximo cambio significativo en la salud de la mujer.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)