Privatizar la justicia: El arbitraje y el declive de la gobernanza pública en Estados Unidos

Título original:

Privatizing Justice: Arbitration and the Decline of Public Governance in the U.S.

Contenido del libro:

Uno de los principales objetivos del movimiento legal conservador de los años setenta era deshacer las políticas del New Deal que favorecían a los trabajadores en detrimento del capital. Una de las estrategias más eficaces del movimiento resultó ser la promoción de legislación bipartidista sobre arbitraje y convencer a los tribunales de que resolver los conflictos de esa forma era preferible a litigar.

Hoy en día, la mayoría de los consumidores y empleados están sujetos a acuerdos de arbitraje, en los que se les exige que sometan todas sus reclamaciones futuras a un sistema privado y vinculante de arbitraje y que renuncien al acceso al sistema judicial. Sin embargo, el arbitraje tal y como se concibió originalmente hace más de un siglo contrasta enormemente con el arbitraje que se practica hoy en día. Lo que cambió es que el Congreso, el Tribunal Supremo y el sector privado empezaron a promover su uso a finales del siglo XX como medio de proteger a las empresas y a otros poderosos demandados institucionales de los costes de los litigios y de la propia regulación gubernamental.

¿Cómo pasó el arbitraje de ser una forma barata, menos contenciosa y más eficaz de resolver disputas entre entidades con igual poder de negociación a convertirse en un foro privado, no revisable y obligatorio para resolver disputas entre particulares y empresas, a menudo en condiciones unilaterales? Mediante el examen de la dinámica institucional, política y jurídica que ha configurado y posibilitado estos procesos de cambio a lo largo de los últimos 150 años, Privatizing Justice analiza cómo se ha producido esta transformación. Fruto de la interacción de un amplio abanico de actores e instituciones -el Congreso, los presidentes, los tribunales, el Estado administrativo, los grupos de interés y la comunidad empresarial-, el sistema que ha surgido no sólo ha transformado profundamente el Estado estadounidense, sino que ha exacerbado la desigualdad económica y erosionado la democracia.