Puntuación:
El libro narra de forma cautivadora el primer vuelo sin escalas a través del Atlántico en 1919, destacando la importancia histórica y los retos personales a los que se enfrentaron Alcock y Brown. Combina una investigación exhaustiva, detalles técnicos y una narración atractiva, aunque algunos lectores encontraron defectos en el estilo de escritura y en la representación de elementos ficticios.
Ventajas:⬤ Relato detallado y bien documentado de un logro poco reconocido
⬤ combina información técnica con una narración atractiva
⬤ capta el contexto histórico y las luchas personales de los pilotos
⬤ presenta una experiencia de lectura de suspense y envolvente
⬤ bien escrito, con claros conocimientos técnicos apreciados por los entusiastas de la aviación.
⬤ Algunos lectores criticaron la calidad de la escritura
⬤ problemas con el aspecto autobiográfico-ficcional, en el que pensamientos y conversaciones no registrados se atribuyen a personajes de la vida real
⬤ a unos pocos les resultó difícil mantener el interés o terminar el libro.
(basado en 9 opiniones de lectores)
First Crossing: The 1919 Trans-Atlantic Flight of Alcock and Brown
El primero en cruzar el Atlántico sin escalas no fue Charles Lindbergh, sino dos aviadores británicos olvidados. Esta es su historia.
Los días 14 y 15 de junio de 1919, el capitán John Alcock y el teniente Arthur Whitten Brown volaron con su endeble bombardero Vickers Vimy de madera y tela modificada desde St. Johns (Terranova) hasta Cliveden (Irlanda), ocho años antes del épico vuelo de Lindbergh de Nueva York a París.
La historia de Alcock & Brown se desarrolla en dos niveles: un relato de acción y aventura que parece ficción mezclado con una historia profana de los primeros avances tecnológicos que dieron lugar a la era moderna de la aviación.
En First Crossing, seguimos a los dos oficiales de la Royal Air Force desde sus distintos orígenes en Manchester (Inglaterra) hasta los aterradores combates aéreos de la Gran Guerra. Ambos serían derribados y se convertirían en prisioneros de guerra. Durante su encarcelamiento, ambos soñaron y maquinaron de forma independiente una forma de ganar el premio de 10.000 dólares de Lord Northcliffe por la primera travesía transatlántica sin escalas.
Al final de la guerra, en un increíble momento de serendipia, se encontraron por primera vez en Vickers Aviation, cerca de Londres, y descubrieron su interés mutuo por la carrera. Alcock necesitaba un navegante oceánico; Brown necesitaba un piloto, lo que resultó ser un matrimonio ideal. Por una combinación de suerte y la mala fortuna de su competidor, Alcock y Brown se lanzaron a la inmortalidad de la aviación.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)