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Vivimos simultáneamente en dos cuerpos: el cuerpo biológico, que es el cuerpo de los órganos y las funciones, el cuerpo que aparece en los mapas anatómicos, el que examinamos al microscopio o tratamos con antibióticos; y el cuerpo erótico, que es el cuerpo vivido, el que «habitamos», a través del cual experimentamos la vida, el sufrimiento, el placer, la excitación sexual, el deseo. Uno es innato, el cuerpo biológico.
A partir de él, se construye gradualmente el otro cuerpo, el cuerpo erótico, que es, por tanto, del orden de lo adquirido. Este libro explica el proceso por el que el cuerpo erótico se desprende gradualmente del cuerpo biológico. La calidad y la progresión de este proceso dependen del advenimiento del cuerpo erógeno, que es una de las formas en que la infancia se memoriza en el adulto.
¿Qué ocurre cuando este proceso encuentra obstáculos que lo dificultan? Una vulnerabilidad del cuerpo puede manifestarse en la formación de síntomas psicopatológicos, pero también en disposiciones defensivas que reducen la sensibilidad al sufrimiento (tanto al sufrimiento propio como al ajeno), como en el caso de los psicópatas, por ejemplo. ¿Podemos entonces formar una concepción psicoanalítica del sentido moral sobre esta base?
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)