¿Por qué soy un esclavo? Preguntas que han cambiado para siempre nuestra comprensión del mundo

Título original:

Why Am I a Slave? Questions that have forever changed our understanding of the world

Contenido del libro:

"La mitad del trabajo de obtener la respuesta correcta es encontrar la pregunta correcta".

Sentado solo en mi cueva, como suele hacer un troglodita, mi tranquilidad se ve interrumpida por una pregunta que flota sin invitación en mi mente. Molesto por no saber la respuesta, me dirijo a la puerta de al lado para consultar a mi vecino, que se ha marchado a su cueva de invierno en Palm Springs. Desanimado, hago el fatigoso viaje a mi biblioteca local, donde el olor a moho de los libros viejos y la previsible paz y tranquilidad me duermen rápidamente. Cuando despierto, la pregunta sigue acuciándome, así que emprendo la onerosa tarea de abrir un libro y empiezo a leer.

Unas páginas más tarde, hago un descubrimiento sorprendente. Resulta que las preguntas sin respuesta han estado en el centro del progreso intelectual durante siglos. Es más, parece que aprender a hacer una buena pregunta es una habilidad que todos necesitamos. Los médicos necesitan hacer preguntas para diagnosticar enfermedades. Los policías necesitan hacer preguntas cuando investigan un disturbio. Los abogados necesitan interrogar a los testigos. Parece que los periodistas necesitan hacer preguntas a casi todo el mundo.

También aprendí que encontrar la pregunta adecuada puede ser complicado. La mitad del trabajo de encontrar la respuesta correcta es encontrar la pregunta correcta. ¿Quién lo hubiera imaginado?

Cuanto más leía, más me daba cuenta de que la pregunta adecuada puede abrir temas de investigación completamente nuevos. La pregunta adecuada puede motivar por igual al científico, al novelista, al votante y al propietario de una pequeña empresa. Una buena pregunta puede ayudarnos a ver el mundo y a nosotros mismos de formas radicalmente nuevas.

Cuanto más pensaba en ello, más me intrigaba. Y más me costaba volver a dormirme.

A. Troglodyte empezó a escribir en la Universidad de Oxford hace más de un siglo. Recientemente, él (¿o ella? ¿o ellos?, nadie lo sabe) ha reaparecido para dar consejos a los talentosos y esforzados estudiantes universitarios de hoy en día.