Puntuación:
Power to the People», de Audrey Kurth Cronin, explora la relación entre las tecnologías disruptivas y el terrorismo. El libro introduce la «teoría del empoderamiento letal», que postula que ciertas tecnologías accesibles pueden empoderar a individuos y pequeños grupos, provocando un aumento de la violencia política. Está bien respaldado por datos cuantitativos y ofrece una nueva perspectiva sobre las implicaciones de las tecnologías emergentes.
Ventajas:⬤ Análisis exhaustivo de cómo influyen las tecnologías disruptivas en el terrorismo.
⬤ Sólido enfoque interdisciplinar, que combina conceptos de diferentes campos.
⬤ Introducción de la «teoría del empoderamiento letal», que constituye una aportación perspicaz al discurso sobre la violencia política.
⬤ Texto bien escrito y atractivo, recomendado como lectura obligada.
⬤ Apoyado en datos cuantitativos que refuerzan los argumentos.
⬤ Algunos conceptos, como la manipulación genética como arma, no se explican en su totalidad, lo que deja interrogantes sobre las aplicaciones prácticas.
⬤ La complejidad del tema puede dificultar que algunos lectores capten todos los matices.
(basado en 3 opiniones de lectores)
Power to the People: How Open Technological Innovation Is Arming Tomorrow's Terrorists
Nunca tantos han poseído los medios para ser tan letales. La difusión de la tecnología moderna (robótica, armas cibernéticas, impresión 3D, sistemas autónomos e inteligencia artificial) entre la gente corriente les ha dado acceso a armas de violencia masiva que antes monopolizaba el Estado. En los últimos años, los Estados han intentado frenar el flujo de estas armas hacia individuos y grupos no estatales, pero sus esfuerzos están fracasando.
Como explica Audrey Kurth Cronin en Power to the People, lo que estamos viendo ahora es la exacerbación de una tendencia milenaria. A lo largo de los siglos, los desarrollos más sorprendentes en la guerra se han producido debido a los avances en las tecnologías combinados con cambios en quién puede utilizarlas. De hecho, las innovaciones accesibles en fuerza destructiva han impulsado durante mucho tiempo nuevos patrones de violencia política. Cuando Nobel inventó la dinamita y Kalashnikov diseñó el AK-47, cada uno de ellos impulsó inadvertidamente movimientos terroristas e insurgentes que mataron a millones de personas y trastornaron el sistema internacional.
Esa historia ilumina nuestra propia situación, en la que las tecnologías emergentes están alterando la sociedad y redistribuyendo el poder. La «economía colaborativa» del siglo XXI ya ha trastornado todas las instituciones, incluidas las fuerzas armadas. Las nuevas tecnologías «abiertas» están transformando el acceso a los medios de violencia. Y lo que es igual de importante, las funciones de orden superior que antes estaban exclusivamente bajo control militar estatal -movilización de masas, proyección de fuerzas e integración de sistemas- están siendo aprovechadas por actores no estatales. Cronin concluye centrándose en cómo responder para preservar los beneficios de las nuevas tecnologías y reducir los riesgos. El poder, en forma de tecnología letal, está fluyendo hacia la gente, pero las mismas tecnologías que dan poder pueden poner en peligro la seguridad mundial, a menos que actuemos estratégicamente.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)