Plantas silvestres comestibles de la pradera: Guía etnobotánica

Título original:

Edible Wild Plants of the Prairie: An Ethnobotanical Guide

Contenido del libro:

Mucho antes de que las pipas de girasol se convirtieran en un popular tentempié, ya eran un alimento apreciado por los nativos americanos. Durante unos 10.000 años, desde finales del Pleistoceno hasta el siglo XIX, los pueblos indígenas de las llanuras consideraron las plantas autóctonas comestibles, como el girasol, una importante fuente de alimento. Las plantas no sólo proporcionaban sustento en épocas de escasez, sino que también añadían variedad a lo que de otro modo habría sido una monótona dieta de caza. Sin embargo, el uso de plantas autóctonas como alimento disminuyó drásticamente cuando los hombres blancos se asentaron en las Grandes Llanuras e impusieron su propia cultura con sus diferentes nociones de lo que era apto para comer. Esas nociones tendían a excluir de la dieta aceptada plantas como la soapweed, el labsquarter, la cereza de tierra, el nabo de las praderas y el higo chumbo. Hoy resulta extraño pensar en comer chokecherries, que eran un ingrediente clave de ese alimento básico de la dieta india, el permmican.

Basada en la sabiduría popular sobre plantas documentada por pruebas históricas y arqueológicas, Edible Wild Plants of the Prairie relata cómo 122 especies de plantas fueron utilizadas antaño como alimento por los nativos y los inmigrantes residentes en la pradera. Escrita para un público amplio de naturalistas aficionados, botánicos, etnólogos, antropólogos y agrónomos, esta guía pretende educar al lector sobre las plantas silvestres como fuentes de alimento, sintetizar información sobre el uso potencial de la flora autóctona como nuevos cultivos alimentarios y fomentar la conservación y el cultivo de plantas de la pradera.

Al escribir sobre la flora comestible de la pradera americana Kelly Kindscher nos ha proporcionado el primer libro de plantas comestibles dedicado a la región que Walt Whitman llamó «el paisaje característico de Norteamérica» y la Willa Cather llamó «el suelo del cielo». Al describir cómo se utilizaban las plantas para la alimentación, ha recurrido a información relativa a las tribus que habitaban la biorregión de las praderas. En consecuencia, su libro sirve de práctico compendio para los lectores que deseen saber más sobre los usos históricos de las plantas por los nativos americanos.

El libro está organizado en cincuenta y un capítulos ordenados alfabéticamente por nombre científico. Para quienes estén interesados en encontrar e identificar las plantas, el libro ofrece dibujos lineales, mapas de distribución y descripciones botánicas y del hábitat. Los relatos etnobotánicos sobre el uso alimentario constituyen la mayor parte del texto, pero el lector también encontrará información sobre las partes de las plantas utilizadas, la recolección, la propagación (para jardineros domésticos) y la preparación y el sabor de las plantas silvestres comestibles.