La agricultura ha emancipado al hombre de la pasividad de la recolección y del azar impuesto por la naturaleza, para promoverlo como creador de su propio sustento.
De ello se deduce que esta actividad surgió de coincidencias entre oportunidad y necesidad que limitaron sus orígenes a unas pocas áreas geográficas. Remontarse a los contextos de su origen implica una búsqueda de los factores ambientales que generaron la utilidad de los alimentos que sustentaban las necesidades fisiológicas, y la utilidad de los enseres que mejoraban las formas de vida.
Después de diez milenios, el resultado puede leerse en los procesos de civilización, en los empujes expansionistas y en el apoyo a la economía y la tecnología que han acompañado la evolución humana, ... dejando algunos replanteamientos sobre la huella ecológica que esta actividad está imprimiendo en el planeta.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)