Perspectivas de salud pública sobre los trastornos depresivos

Título original:

Public Health Perspectives on Depressive Disorders

Contenido del libro:

En 2001, la OMS reconoció que los trastornos depresivos son la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Pero la mayoría de los estadounidenses que cumplen los criterios diagnósticos de la depresión mayor no reciben tratamiento o reciben un tratamiento insuficiente. Afortunadamente, los avances recientes han hecho posible que el campo de la salud pública aborde por fin la salud mental de la población. Public Health Perspectives on Depressive Disorders llena un vacío al identificar las herramientas y estrategias de la práctica de la salud pública y al explorar su aplicación a la política y la práctica de la salud mental pública del siglo XXI.

Al examinar los trastornos depresivos desde el punto de vista de la salud pública, este libro pone de relieve la importancia de la salud mental para la salud pública. Vinculando la investigación disponible sobre la enfermedad depresiva a nivel poblacional con la política y la práctica de la salud mental pública, los expertos colaboradores establecen una agenda de investigación que ayudará a hacer de la salud mental una parte central de la ciencia y la práctica de la salud pública. Este libro es un recurso inestimable para que investigadores y profesionales desarrollen, faciliten y lleven a cabo estudios piloto y de viabilidad de intervenciones preventivas y de tratamiento prometedoras que puedan mitigar la progresión hacia la depresión mayor y otros trastornos mentales entre las poblaciones de riesgo.

La primera parte del libro subraya la importancia de la enfermedad depresiva para la salud pública, centrándose en las pruebas aportadas por los recientes enfoques de la nosología, la epidemiología, la carga de enfermedad y el impacto en la salud general. En la segunda parte se examinan las influencias sociales y ambientales en los trastornos depresivos que son fundamentales para los esfuerzos futuros por prevenir la enfermedad y promover comunidades mentalmente sanas. La tercera parte, la más larga, aborda la vulnerabilidad de diversos grupos a la enfermedad depresiva y subraya las mejores prácticas para mitigar el riesgo al tiempo que se mejora la armamentaria preventiva y terapéutica.