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Una nueva entrada en la serie Grandes Maestros del Arte dedicada a uno de los pintores más populares de la historia, Paul Czanne.
Su pincel lo puso todo en movimiento: el paisaje de la Provenza, los coloridos bodegones, sus retratos y la pintoresca costa del sur de Francia. Más que ningún otro artista, Paul Czanne, el «Padre del Modernismo», captó la luz y el juego de colores en sus cuadros y les confirió, a través de su nuevo lenguaje pictórico, una vivacidad y un dinamismo que siguen fascinando al espectador hasta nuestros días.
Paul Czanne (1839-1906) pintó la Montaña Sainte-Victoire, un macizo rocoso cerca de su ciudad natal, Aix-en-Provence, unas ochenta veces. El artista tradujo la interacción de la luz del sol y las sombras sobre la piedra en constante cambio en cuadros en el umbral de la abstracción. Hoy, esos cuadros son iconos de la historia del arte y subrayan la reputación de Czanne como uno de los pioneros más importantes del Modernismo clásico. Innumerables artistas, entre ellos Matisse, Derain, Picasso, Braque y Lger, encontraron inspiración en las ideas de Czanne sobre la modulación del color y la composición pictórica. En este volumen accesible y profusamente ilustrado, Christoph Wagner sitúa a Czanne como un genio artístico que abrió una visión completamente nueva del mundo a través de sus pinturas y acuarelas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)