Papá era el asesino de la Dalia Negra: Por fin se desvela la identidad del asesino en serie más famoso de Estados Unidos.

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Título original:

Daddy Was the Black Dahlia Killer: The Identity of America's Most Notorious Serial Murderer--Revealed at Last

Contenido del libro:

Es uno de los crímenes más fascinantes de la historia de Estados Unidos. El 15 de enero de 1947, unos transeúntes hicieron un espeluznante descubrimiento en un descampado de Los Ángeles: el cadáver de una joven desnuda, cortado en dos y salvajemente mutilado.

La víctima fue identificada como Elizabeth Short, una actriz de Hollywood en ciernes. Apodada la Dalia Negra por una prensa ávida de titulares, su escabrosa muerte desencadenó una desesperada persecución. Pero el misterio del asesinato de la Dalia Negra permaneció sin resolver durante casi medio siglo...

hasta ahora. Víctima de incesto y brutalidad desde la infancia, Janice Knowlton ya era una experta en reprimir recuerdos horribles a los diez años, cuando vio a su padre, George Frederick Knowlton, torturar, matar y descuartizar a Elizabeth Short en el garaje de su casa de California.

No era el primero de los asesinatos de papá que Jon presenciaba, ni sería el último, pero había quedado tan traumatizada que tardó más de cuatro décadas en hacer resurgir fragmentos de su memoria. Con la ayuda de un consejero familiar especializado en maltrato infantil, Jan experimentó una avalancha de pesadillescos recuerdos de su infancia -- y se dio cuenta de que había sido testigo de cómo su padre cometía hasta nueve salvajes y sádicos asesinatos, incluido el de su propio hijo pequeño, hijo de un incesto.

Utilizando registros del censo, mapas, entrevistas familiares, informes policiales y recortes de una docena de periódicos para documentar sus desgarradores recuerdos, Janice expone en este asombroso testamento de superviviente el alboroto de cuerdas y asesinatos de su padre durante treinta años, y aporta pruebas convincentes de que las autoridades policiales de Los Ángeles siempre supieron la espeluznante verdad...