Palacio de Buckingham: Los interiores

Opiniones de los lectores

El libro sobre el palacio de Buckingham ha sido muy elogiado por sus impresionantes fotografías y su minucioso análisis de la historia, la arquitectura y la decoración del palacio. Muchos críticos lo consideran un excelente libro de sobremesa que constituye un placer visual. Sin embargo, surgen algunas críticas sobre el estilo fotográfico, que algunos consideran artístico y falto de contexto en algunas imágenes.

Excelente fotografía, bonito diseño, historia detallada, perfecto para mesas de café, entrega bien empaquetada y un gran regalo para los aficionados a la historia real y a The Crown.

Algunas fotografías están mal compuestas, cortan elementos clave y carecen de contexto, lo que decepcionó a algunos lectores. En algunos casos, el embalaje ha sufrido daños menores.

(basado en 70 opiniones de lectores)

Título original:

Buckingham Palace: The Interiors

Contenido del libro:

El interiorista y artista Ashley Hicks presenta sus fotografías y la descripción del diseño interior del palacio de Buckingham, residencia de la familia real británica desde 1837. Importante representación de los estilos regencia, victoriano y eduardiano, el palacio es obra de arquitectos de la talla de John Nash y Sir Aston Webb.

Hicks registra los espacios formales con viveza, capturando las magníficas habitaciones amuebladas con tesoros de la Colección Real. Comenzando por la Gran Escalera, Hicks nos conduce a través de los salones de Estado, que incluyen el Salón Blanco y el Salón Azul, ambos con vistas a los jardines del palacio; el Salón de Baile, escenario de veinte ceremonias de investidura al año; y el Salón del Trono, utilizado por la reina Victoria para espectaculares bailes de gala en la década de 1840.

La larga Pinacoteca, iluminada por un tragaluz, alberga importantes obras de arte de la Colección Real de Rembrandt van Rijn, Peter Paul Rubens, Nicolas Poussin, Anthony van Dyck, Johannes Vermeer y Canaletto, entre otros. El mobiliario decorativo del exótico Pabellón de Brighton de Jorge IV da un toque de fantasía a muchas de las salas.