Padres con una misión: Cómo los padres pueden ganar la competición por el corazón, la mente y la lealtad de sus hijos

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Título original:

Parents on a Mission: How Parents Can Win the Competition for the Heart, Mind, and Loyalty of Their Children

Contenido del libro:

NO hace falta un pueblo para criar a un niño... sólo hace falta ser buenos padres.

Crear barrios seguros y comunidades seguras NO es responsabilidad del Presidente de los Estados Unidos. Tampoco es responsabilidad de la policía, las escuelas o los políticos. La seguridad de la comunidad es responsabilidad de los padres. En mi programa Padres en Misión (POM) animo constantemente a los padres a que ellos son el activo número uno de la comunidad... ellos son la persona más importante de la comunidad -no la policía, el pastor, el cura, el director de la escuela o los políticos- los padres están en la mejor posición para determinar la salud y la seguridad de la comunidad ya que son ellos quienes tienen a los futuros ciudadanos bajo su cuidado para educarlos, disciplinarlos y orientarlos durante los años más impresionables de la vida de un niño.

En POM animo a los padres a comprender que no sólo están criando a «sus hijos», sino que también están criando a nuestros ciudadanos, ya que todas nuestras familias comparten «nuestros barrios», asisten a «nuestras escuelas» y entablan amistad con «nuestros hijos». Por lo tanto, el resultado final de lo que ocurre dentro de nuestros hogares a diario, se relaciona directamente con la condición de la seguridad y la salud de la comunidad en general.

Después de todo, ¿de dónde vienen los ciudadanos de la comunidad? Vienen de nuestra casa. Así pues, la pregunta es: ¿qué tipo de ciudadano estamos enviando a la comunidad, al barrio, a las escuelas, a los parques y a los patios de recreo cada día? El hecho es que la comunidad depende de los padres para criar ciudadanos responsables y respetuosos que harán una contribución positiva a la comunidad como futuros líderes en los negocios, la educación, la religión, el gobierno, y una variedad de otras funciones importantes que conforman la comunidad, la más importante de las cuales es convertirse en lo que yo llamo un «padre en una misión», que es el tema de este libro.

Aunque entiendo que este proverbio del pueblo entero tiene buenas intenciones, fue pensado para una época, un lugar y una cultura diferentes. No es el mensaje que los padres necesitan en la cultura actual de competencia con acceso 24/7 a información en internet, programas y presión de grupo a través de las redes sociales. Nuestra intención no es culpar a los padres, sino nombrar a los padres como las personas más importantes de la comunidad. Lo que queremos del «pueblo» es ayuda, no control de nuestros hijos. Esa es nuestra responsabilidad. Si los padres estamos dispuestos a asumir parte del mérito del éxito de nuestros hijos, deberíamos estar igual de dispuestos a aceptar parte de la responsabilidad cuando nuestros hijos fracasan en sus responsabilidades sociales como ciudadanos de la comunidad en general.

Nunca asumo que cuando los niños se descarrían, los padres son malas personas, negligentes o abusivos. Pero lo que he descubierto es que muchos padres simplemente nunca han aprendido realmente muchos de los principios que se enseñan en el plan de estudios POM que comparto en este libro. Aquellos que han aprendido estos principios y los practican, en la mayoría de los casos, tienen relaciones sanas con sus hijos que llevan vidas productivas. Por lo general, estos padres aprendieron a tener una relación sana con sus hijos de sus padres, o de quienquiera que fuera la persona principal que los crió de niños. Sin embargo, con demasiada frecuencia, a muchos de nosotros nos faltaron padres que pudieran demostrarnos cómo construir relaciones humanas sanas y, por lo tanto, acabamos utilizando la vieja filosofía de la crianza de los hijos: «Si fue lo suficientemente bueno para mí, es lo suficientemente bueno para ti», pero en muchos casos esta filosofía no produce relaciones sanas entre padres e hijos.

Si los padres responden a las ideas y practican sistemáticamente los principios y el estímulo de este libro, estoy seguro de que tendrán la misma transformación de vida que yo llamo la «experiencia POM».