Puntuación:
El libro relata la vida de Anna Skye, una viuda que, tras importantes problemas personales, como la muerte de su marido y una cuantiosa deuda, recurre al spanking como medio de subsistencia. La narración se divide en dos partes: la primera explora su vida antes de su carrera poco convencional, mientras que la segunda detalla sus experiencias como spankee profesional. Aunque algunos aspectos de su vida temprana pueden carecer de atractivo universal, su viaje al mundo del spanking se presenta de forma atractiva y cercana.
Ventajas:Bien escrito y fácil de leer, la autora tiene un estilo conversacional que conecta con los lectores. La segunda mitad del libro, que detalla su vida como spankee, es especialmente interesante y justifica la compra. Los lectores sintieron una conexión personal con las experiencias de Anna, y muchos se identificaron con sus luchas y su resistencia.
Desventajas:La primera mitad del libro es criticada por ser menos atractiva y de poco interés para cualquiera que no sea la autora. Muchos críticos esperaban que se prestara más atención al aspecto de los azotes, que sólo aparece en la última parte del libro. Algunos consideran que el estilo es demasiado prosaico y que no hay suficientes detalles sobre las experiencias reales con los azotes.
(basado en 13 opiniones de lectores)
Cuando Anna Skye descubrió que hay hombres dispuestos a pagar generosamente a una mujer atractiva por el privilegio de darle una buena azotaina, cinturonazo, zapatillazo, paliza, azote o azote con vara, se dio cuenta -como mujer madura, inteligente y sexualmente activa que ya había descubierto la emoción erótica de ser azotada- de que había encontrado la manera perfecta de pagar la deuda de 20.000 libras que le había dejado su difunto marido.
Este es el relato erótico, conmovedor y a menudo muy divertido de Anna sobre su vida antes y después de convertirse en «spankee», incluidos sus desesperados intentos de tener un hijo y la montaña rusa de las citas por Internet. Una historia real de amor y sexo, dolor y placer, ira y perdón.
«Una noche me fijé en mi trasero en el espejo. Tenía un buen tamaño y forma. Cogí una zapatilla del dormitorio y me di unos golpes con ella.
¡Pah! No fue nada. Me pregunté si podría encontrar la manera de que me azotaran por dinero...».
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)